FÓRMULA 1 GRAN PREMIO BÉLGICA

Alonso, en seco y en mojado

El piloto asturiano de Ferrari domina las dos sesiones libres y aviva la esperanza de continuar con su remontada en el Campeonato del Mundo

Fernando Alonso rueda con su Ferrari en la pista de Spa, ayer por la mañana. / thierry roge

Fernando Alonso rueda con su Ferrari en la pista de Spa, ayer por la mañana. / thierry roge

Álvaro Faes Enviado Especial A Spa (bélgica)

Nada mejor que viajar a Spa al terminar las vacaciones. Es la mayor prueba de que el verano se ha acabado, de que toca ponerse a la faena. Llueve sin parar en el circuito belga, con temperaturas invernales, que descendieron hasta los 14 grados ayer por la tarde. Chubasqueros, abrigos y paraguas pueblan el paddock mientras media España se cuece sometida por un termómetro que marca 40 a la sombra. Es difícil imaginar algo más extraño que adentrarse en los fríos bosques de las Árdenas cuando en el aeropuerto, a sólo dos horas de vuelo, se ha dejado un ejército de veraneantes en chanclas y manga corta.

Se nota el bronceado en los pilotos, ansiosos por subir otra vez al monoplaza y comprobar si todo sigue dónde lo habían dejado antes del descanso. Ferrari lo corroboró con orgullo. Poco importan las circunstancias cuando las cosas vienen rodadas. El F10 venía a Bélgica con algunas operaciones de cirugía, todas de antes del parón obligado en las fábricas. Retoques de aerodinámica y varias piezas nuevas, todas en la parte trasera, en torno al difusor, con el objetivo de que pueda funcionar cada vez mejor.

Dominó Fernando Alonso las dos sesiones libres de ayer sin importarle el empedrado. Fue intocable por la mañana bajo la lluvia, en medio de un aguacero atroz y también se puso al frente del grupo por la tarde. La única tregua que dio el agua en todo el día coincidió con la segunda tanda. Apareció tímido el sol entre los nubarrones y llegó a secar la pista.

Casi al final, una bandera roja insólita detuvo el trabajo. Un grupo de espectadores había rebasado la zona de seguridad. La cámara del helicóptero les cazó cuando regresaban a su lugar en la pelouse. Los coches volvieron a la pista con tiempo para una única vuelta, una especie de tanda de clasificación improvisada. Y Alonso fue el más rápido. Alegría en el equipo rosso por las buenas señales recibidas.

Son suficientes para pensar que el Ferrari sigue de dulce, que no para de evolucionar y que permite al asturiano avivar la esperanza de que puede seguir con su remontada. Ya sólo está a veinte puntos del líder Webber, inmerso el australiano en un lío con el motor que le mandó al decimooctavo lugar en la matinal, corregido con el séptimo del final del día.

Pero Red Bull sufre en la pista belga. Su motor Renault no da más de sí en las rectas y trata de corregir en el sector intermedio con su buena gestión de las zonas más viradas. Peligra su dictadura de los sábados, ya que se han hecho con todas las poles de la temporada menos la de Canadá.

La de hoy tiene pinta de que se la llevará un Ferrari, un McLaren a lo sumo. Cuidado con la dupla inglesa porque bajo el aguacero han empezado a ver la luz. La pista le viene al dedo a su monoplaza y según enseñaron ayer, parecen abandonar poco el túnel en el que se habían instalado antes del verano. Se estancaron en la evolución de los escapes bajos y dieron palos de ciego durante casi un mes. Ahora dudan con el conducto F, porque no saben si les será útil o no en Monza.

Sutil llevó muy adelante al Force India y devolvió a la memoria la hazaña de Fisichella en esta misma pista, cuando le discutió hasta el final la victoria a Raikkonen.

El día era una prueba importante para Renault. Estrenaban por fin su conducto F. Y les convenció. Kubica se puso a la estela de Hamilton, y también había sido rápido en agua. El polaco es uno de los candidatos a dar la sorpresa en la carrera de mañana.

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