El Levante está descendido a Segunda desde hace varias jornadas, sus futbolistas llevan meses y meses sin recibir sus sueldos, la desbandada en su vestuario ha sido constante, e incluso ha llegado a la dirección técnica, pero a pesar de todo eso, la plantilla afronta cada partido como si la permanencia estuviera en juego. Una lección de profesionalidad para muchos que con menos problemas han tirado la toalla.

El Levante viaja a A Coruña en el mismo día del partido. Llegarán horas antes a la capital herculina y nada más concluir el choque regresarán al aeropuerto de Valencia. Una muestra más del calvario por el que están pasando.

Vendrán a Riazor con siete jugadores del filial (entre ellos dos juveniles) y con serias dificultades para componer un once con siete jugadores profesionales, tal y como indica el reglamento, de modo que el equipo de José Ángel Moreno incluirá a buena parte de los jugadores que menos minutos han disputado en la presente temporada.

Las lesiones y las sanciones han hecho mella en el conjunto valenciano, que afronta una nueva jornada de competición con sólo un medio centro y las bajas de jugadores clave como Álvaro Luiz Maior, Mathieu Berson, Damiano Tommasi, Miguel Ángel Lozano, Álex Geijo o Courtois.

Por este motivo, además de los canteranos que se han ido incorporando al equipo en la presente campaña, el técnico del Levante ha reclamado la presencia esta jornada del interior izquierdo Miguel Ángel Riau, el delantero Nacho Verdés y el central Héctor Rodas -los dos primeros todavía en edad juvenil-.

Un aviso para el Deportivo: en situaciones similares han caído derrotados equipos como Betis, Getafe y Almería.