Se marcha el que fue el apoyo a la sombra de Valerón, Bodipo, Duscher o Andrade en los momentos duros. Durante casi una década, la figura sonriente y característica de Carlos Lalín, gorro en invierno, cabeza despejada en verano, participó en la readaptación física de los jugadores blanquiazules. El Deportivo fue pionero en crear su figura. Él la ejecutó. Ahora, el Madrid se lo lleva por tres temporadas con una oferta profesional "irrechazable".

-¿Desde cuándo se tenía callada esta noticia?

-Pues me lo habían comentado de manera informal hace un mes, pero no se llegó a hacer más formal hasta hace pocos días. Se puso en contacto conmigo el que va a controlar el servicio médico, la preparación física y el centro de alto rendimiento, Valter di Salvo.

-¿Le sorprendió la llamada?

-Sí, bueno, yo en ese sentido soy una persona tranquila. Primero él me hablaba de formación, y como doy clases en másters, pensaba que me hablaba sólo de cursos. Después fue especificando con mayor detalle. Estaban interesados en la figura del readaptador físico y el proyecto del centro de alto rendimiento; en el desempeño de labores de investigación y desarrollo. Es muy interesante.

-Para muchos jugadores, lo máximo es fichar por el Madrid. ¿Para usted también?

-Lo máximo es levantarte todos los días y tener ganas de seguir aprendiendo y trabajando. Evidentemente es un club respetable, pero respetable como el Deportivo. El Madrid me presentó una propuesta que era irrechazable: tres años dedicándome no sólo a readaptación física, sino a las posibilidades de investigar y desarrollar un área de conocimiento.

-Digamos que un paso adelante económico y profesional.

-Es un paso adelante a nivel personal y profesional.

-¿Cuesta dejar A Coruña?

-Tengo la gran experiencia de nacer en una gran ciudad, Caracas, vivir catorce años allí, pasar por una pequeña aldea de Lalín, vivir en Lalín y después aquí. Volviendo a una gran ciudad voy a echar de menos esto, el mar?pero está a un paso. Dejo mucha gente aquí. Y está el Dépor, que me ha preparado y formado. Vendré siempre y cuando pueda.

-Aquí se quedan jugadores con los que ha casi convivido.

-Acabas estableciendo una relación no sólo profesional, sobre todo con los que has compartido horas y horas de trabajo, pero los amigos sabemos dónde estamos, y en ese sentido es lo que menos me preocupa. Los amigos siempre se alegran de que a otro amigo le vaya bien. Eso es lo que espero.

-¿La figura de readaptador físico nació con usted?

-Sí, fue el Deportivo quien la creó en 1999. El ideólogo fue Rafa Martín Acero, que le propuso al presidente un servicio para el asesoramiento y rendimiento físico, una estructura organizada de médicos, readaptación y preparación física. En ese momento se pensó en mí; yo no he sido más que ejecutor de un proyecto. El referente es el Deportivo, porque a partir de ahí, otros clubes de España han ido incluyendo al readaptador; una figura que se ha ido especializando estos últimos diez años.

-Ernesto Bello al Zaragoza, Carlos Lalín al Madrid. ¿No están desmantelando al club?

-No. El Dépor tiene recursos humanos para seguir creciendo y tiene la gran experiencia de haber generado durante tanto tiempo una profesión. Así de claro.

-En este tipo de fichajes el club no recibe dinero a cambio.

-En estos temas no metería lo económico. No soy un futbolista, es diferente, pero la valía es que el club crea una figura que copian los demás, y por eso siempre es el beneficiado, al menos moral.

-¿Cuándo va para allá?

-De momento sigo aquí, estoy con jugadores lesionados. Después me tomaré un pequeñísimo respiro porque tengo que ir al extranjero, y cuando llegue a principios de julio, entiendo que desde el día 1 pertenezco al Madrid, y me incorporaré cuando digan.

-Estará rodeado de estrellas. ¿Cree que habrá el mismo buen rollo en ese vestuario que aquí?

-Muchas veces ése es el tópico, pero hace poco tiempo en el Deportivo estuvimos en esa situación, con muchos jugadores de valía. Aún no estoy allí y no sé cómo será, pero seguramente en un equipo que ha quedado campeón de Liga y representa lo que representa tiene que haber buen rollo.

-¿Tiene algo de merengue?

-Soy del Deportivo. Cuando jugaba al balonmano era del Lalín y no me caracterizo por cambiar de camiseta. He empezado mi andanza en el Deportivo y soy del Deportivo. Tendré que pelearme allí con los del Madrid (Risas).