Alemania era favorita en su partido contra lo que queda de la selección turca, pero también John Rambo llevaba todas las de perder cuando se encontró en el bosque acosado por media Guardia Nacional y mucha, mucha policía. Turquía en semifinales de una Eurocopa no es exactamente como Rambo en Acorralado, ya lo sé, pero los alemanes no deberían haber olvidado las palabras del coronel Trautman a Will Teasle, el sheriff del pueblo: "No he venido a salvar a Rambo de ustedes, sino a ustedes de Rambo". Turquía acorralada siempre es un peligro. A lo mejor los alemanes se confiaron y creyeron que Turquía no era nada lejos de Vietnam, pero no me habría extrañado nada que, al final del partido, el coronel Trautman tuviera que intervenir para salvar a los alemanes del Rambo turco.

Turquía no es uno de los mejores equipos que se pueden encontrar hoy día en el continente mundial, que diría Poli Rincón, pero sí es un equipo que se ha especializado en sobrevivir cuando todo está en su contra. Es un equipo fecundo en ardides, como Ulises. Un equipo aventurero. Alemania también es un equipo aventurero, pero las aventuras de Alemania son más burocráticas o, si lo prefieren, obligadas por las circunstancias. Alemania se parece más a Eneas que a Ulises. Turquía y Ulises son dos vagabundos, orgullosos de sus viajes. Alemania y Eneas son también viajeros, pero al igual que Eneas tuvo que abandonar Troya tras la caída de la ciudad a manos de los aqueos de bellas grebas, Alemania llegó a semifinales porque Croacia les expulsó del primer puesto de su grupo y, así, evitaron el enfrentamiento con Turquía en cuartos de final. Turquía disfruta del viaje en esta Eurocopa, pero parece que Alemania sólo busca un sitio donde vivir. Como Eneas. Ulises vivió muchas aventuras, amó a muchas mujeres y conoció lugares maravillosos antes de volver a Ítaca. Alemania navega en busca de un lugar donde poder dar un hogar a sus dioses, esos dioses que consiguen que los alemanes lleguen siempre muy lejos sin ser interesantes.

Estoy siendo injusto con la selección alemana. Decía Nietzsche que los griegos son interesantes porque tienen un gran número de "grandes únicos", y hay que reconocer que tanto Ulises como Eneas son "grandes únicos". Alemania, entonces, es interesante. Por algo estaba en las semifinales de una Eurocopa. Pero insisto en que la grandeza de Ulises no es como la grandeza de Eneas. Turquía está orgullosa de su viaje en la Eurocopa de Austria-Suiza, mientras que Alemania hace lo que tiene que hacer. Turquía ha vivido a tope su aventura europea. Alemania, simplemente, la ha vivido y nada más. No es una crítica. Y no es que Alemania sea mala viajera, es que la dibujaron así.

Ayer se enfrentó Eneas contra Ulises. El sheriff Teasle contra Rambo. Por cierto, Rambo también es un vagabundo, un viajero atormentado que dejó su Ítaca en Vietnam. Con Rambo no sirven las granadas autopropulsadas LAW 72 como la que le lanza la Guardia Nacional, porque es capaz de escabullirse para luego destruir una gasolinera y, si no le paran, el mundo. Con Turquía tampoco funcionan, sin más, los misiles de Ballack. El ingenioso Ulises turco siempre encontrará una salida en el último momento y, como vimos frente a Croacia, incendiar un partido que todos dábamos por apagado. Seguimos con interés este duelo entre aventureros, aunque era difícil no estar de parte de esa imposible mezcla de Ulises y Rambo acosada no por sirenas ni por cíclopes, sino por el pulcro Eneas. ¿El resultado? Estamos hablando de viajes e historias míticas. En realidad, ¿a quién le importa el resultado?