José Antonio Hermida no pudo más que ser décimo en la prueba de bicicleta de montaña de los Juegos de Pekín, donde defendía la plata lograda en Atenas. El ciclista catalán de origen gallego declaró tras la prueba que espera mejorar el decepcionante puesto en el futuro para volver a celebrar sus títulos simulando disparar con los dedos, lo que le ha valido el apelativo de Johnny Pistolas.

"Johnny Pistolas volverá en el futuro. Éste ha sido un año extraño, no me he encontrado cómodo, he tenido problemas técnicos, físicos. No he llegado en la forma que se requiere en unos Juegos y por eso no he podido sacar las pistolas. Pero lo sacaremos en otra ocasión", afirmó el ciclista de Puigcerdá.

El francés Julien Absalon revalidó su título olímpico al imponerse en Pekín con una gran superioridad, secundado por su compatriota Jean-Christophe Peraud y el suizo Nino Schurter, campeón del mundo sub-23 que arrebató el bronce a Christoph Sauser, campeón del mundo absoluto. Iñaki Lejarreta fue el primer español en la meta, octavo, un diploma olímpico que premia al joven ciclista vasco.

"No ha sido el día. Venía a luchar por la medalla de oro y no he estado a un gran nivel, sobre todo en la salida. Eso ha sido crucial, me han cerrado y he perdido unas cuantas plazas. El esfuerzo para recuperarlas ha sido clave", comentó Hermida. "Esto demuestra que para luchar en unos Juegos hay que estar desde el principio adelante", afirmó Hermida.

Hundida

Peor resultado que el de José Antonio Hermida fue el de la española Marga Fullana, que no completó la prueba de bicicleta de montaña de los Juegos de Pekín y, como sucedió hace cuatro años en Atenas, se retiró antes del final de la prueba.

La carrera la dominó de principio a fin la alemana Sabine Spitz. La actual subcampeona del mundo se llevó el primer oro olímpico de su carrera por delante de la polaca Maja Wloszczowska y de la rusa Irina Kalentyeva, que le quitó el bronce a la canadiense Catherine Pendrel en el último suspiro y por tan sólo nueve segundos.

Fullana, que llegó a Pekín como campeona del mundo y como una de las principales favoritas, comprobó que el circuito técnico de los Juegos se adaptaba peor a sus condiciones que el que la llevó a la cima del mundo en Val di Sole hace dos meses. La ciclista mallorquina naufragó en el calor intenso de la capital china y, a sus 36 años, puede haber dicho adiós definitivamente al oro olímpico. "Me hundí mentalmente", aseguró al final Fullana.