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El retraso de Iberia propició que Lotina regalara un día libre a su equipo
X. M. Mallo | A Coruña
Iberia, Aena o quien sea le debe a la expedición del Deportivo más de tres horas. Cuantificar su valor resulta imposible, pero que supuso una pérdida es indudable, tanto a los que dependen del club como a los demás acompañantes en su desplazamiento a Getafe. Con dos horas de retraso partió el equipo el sábado desde Lavacolla. Con cerca de hora y media lo hizo ayer desde Barajas con destino a Alvedro. El avión tenía que partir a las 11.40 horas y lo hizo a las 13.10, aproximadamente. Lo seguro es que a las 12.45 horas se estaba procediendo todavía al embarque y que dos horas después algunos todavía no habían recogido su equipaje en la terminal del aeródromo coruñés.
Entre otras consecuencias, la más importante a efectos deportivos fue que Miguel Ángel Lotina decidió suspender el entrenamiento vespertino de ayer para concederle descanso a sus futbolistas, sabiendo lo que viene ahora: cuatro partidos más en los próximos trece días. El equipo retomará los entrenamientos esta mañana a las diez y media en Abegondo.
La espera en Barajas, como todas, es pesada y tediosa, pero alguna vez surge alguna anécdota que permite relajarse durante esos minutos que se hacen interminables. La de ayer hizo pensar que a la expedición se había incorporado un refuerzo de invierno para el club. Incluso pudieron ser dos. Durante la espera, un paisano se acercó a Lotina para pedirle que le dejase grabarlo con su teléfono. No le gustó la idea al técnico al tratarse de un particular. "Sólo es para poder verla de vez en cuando y llevarme un recuerdo. Ya tengo la de Latifa y la de Campos, mire, mire", le dijo mientras le acercaba el móvil. "Latifa, eres el mejor", gritaba.
¿Latifa? ¿Campos? Como si fuese disléxico cambió el orden de alguna sílaba del apellido de Ángel Lafita, que observaba la escena rodeado por sus compañeros. No era un nuevo fichaje. Era el futbolista aragonés. ¿Y Campos? Pues alguien le dijo a ese melillense, así se presentó, que Omar Bravo se llamaba así y que era portero y delantero, como el ex internacional de la selección mexicana. "Mucho gusto", dijo encantado este cazaretratos o cazaimágenes. La anécdota sirvió para liberar la tensión de la espera.
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