Los galones de una década

Con el técnico vasco en el banquillo, en apenas tres años, el OAR pasó de jugar en la Liga Autonómica (2000-01) a militar en División de Honor B, después de conquistar el ascenso en la cancha de San Francisco Javier en mayo de 2004. Con Aguirregabiria al frente de la nave, el OAR se lanzó a la reconquista e inició una era fructífera para el balonmano coruñés, no sólo con los éxitos del primer equipo sino con la recuperación de la cantera herculina.

En su repaso a estos diez años en el banquillo coruñés, Aguirregabiria recuerda con nostalgia la época que vivió con su compañero y salvaguardia Carlos Resch al que le une una gran amistad. Se lamenta de no haber trabajado en los colegios desde mucho antes y quiere enterrar en el olvido la venta de la plaza de División de Honor B.

En esta temporada, cuando se cumple una década de su labor como primer entrenador -en su época de jugador también desarrolló las tareas de ayudante como preparador físico del segundo equipo y técnico de equipos de base-, el vasco quiere cerrar las profundas heridas que dejó la avanzadilla de la crisis económica mundial en el seno oarista la pasada campaña. Por eso, al 2009 Aguirregabiria le pide que todas las personas que trabajan y colaboran con el club "sean felices" con la actividad que desarrollan. "Cuando ves que la gente sufre porque no se consiguen objetivos y apoyo económico te duele. En estas fechas en las que se habla de dificultades, el deporte también se resiente y me duele ver como la gente se viene abajo porque está cansada de recibir un no como respuesta", declara el técnico.

Hacer un buen papel en Primera Divisón este curso y dar salida a los jugadores de la cantera son los objetivos deportivos que se marca el más que condecorado entrenador oarista. Por ello, el próximo sábado verá cumplida una de sus metas como técnico al dar minutos a un jugador de la cantera al que sigue de cerca desde hace muchos años, el juvenil Martín Vázquez.