La 'Champions', ni nombrarla

Es decir, el equipo coruñés se colocaría momentáneamente tercero en la tabla. Anecdótico o no, el objetivo es atractivo, aunque no distrae a los futbolistas blanquiazules. Y mucho menos a su técnico, que no quiere ni oír hablar de la Champions. "Hay que ganar y ya está, sin pensar en nada más -advierte Miguel Ángel Lotina-. Lógicamente, si lo hacemos superaríamos al Sevilla, pero no me preocupa la clasificación. Lo que me preocupa es sumar los tres puntos".

No le falta razón en su planteamiento. Al Dépor le sienta muy bien el traje de tapado. Así es como se ha encaramado a la sexta plaza, paso a paso y sin hacer ruido. Por eso Lotina recalca la importancia de no cambiar el discurso, al menos de momento. "Podemos dormir en Champions porque jugamos el sábado, pero eso es algo que no me preocupa en absoluto", recalca el entrenador, más pendiente de cambiar el chip de sus jugadores tras la ida de la Copa que de elevar todavía más el listón en la Liga. El nivel de exigencia lo irá marcando el día a día, aunque de momento el Dépor ya está en puestos europeos. De acabar así el campeonato jugaría la próxima edición de la Copa de la UEFA, un premio notable para un equipo que a principios de temporada partía con el objetivo de sobrevivir en Primera.

El rendimiento está siendo sobresaliente, casi por encima de las posibilidades reales de la plantilla. El Villarreal, por ejemplo, está ahora mismo por debajo del Dépor en la tabla pese a la constelación de estrellas que tiene a su disposición Manuel Pellegrini. Lo mismo pasa con el Atlético de Madrid, empatado a puntos con el equipo coruñés pese a contar con un plantel plagado de internacionales. El Sevilla, pese a su triunfo del pasado miércoles, tampoco acaba de convencer. Llegará a Riazor mucho más cansado que el Dépor. Lotina reservó a muchos titulares para el sábado. Manolo Jiménez, en cambio, puso casi toda la carne en el asador en la ida de la Copa. En teoría, el equipo blanquiazul está más fresco y eso podría suponer un plus para que los tres puntos se queden en Riazor.

Filipe, Zé Castro, Verdú, Sergio y Guardado, que ni siquiera viajaron a Sevilla para el encuentro de Copa, volverán al equipo inicial. Aranzubia, suplente en el Ramón Sánchez Pizjuán, recuperará su puesto bajo los palos, igual que Bodipo en la punta de ataque. Lafita, que el miércoles entró con el tiempo reglamentario casi cumplido, también está fresco para recibir al Sevilla. El aragonés fue, precisamente, uno de los goleadores en la última visita de los hispalenses a Riazor (2-1).

Hacía tiempo que el Deportivo no estaba en disposición de terminar la primera vuelta peleando con los gallitos del campeonato. El precedente más inmediato se remonta a la campaña del estreno de Joaquín Caparrós en Riazor, cuando de la mano del utrerano el equipo coruñés llegó al ecuador de la Liga en la quinta posición, con 32 puntos. Los actuales números empiezan a recordar a los de la era Irureta, aunque salvando las distancias porque ahora mismo el Dépor es un invitado inesperado a la fiesta de los grandes, mientras que hace unos años era una obligación estar entre los cuatro primeros.

Tras recibir al Sevilla, la formación coruñesa cerrará la primera vuelta visitando el Camp Nou. Luego tendrá que roer otros dos huesos: el Madrid, en el Santiago Bernabéu, y el Villarreal, en Riazor. El calendario es empinado, pero el equipo está con confianza. El miércoles salió vivo del Ramón Sánchez Pizjuán pese a presentar una alineación plagada de suplentes. Fue un golpe menor que el sábado querrá devolverle al Sevilla para, de paso, colarse entre los cuatro primeros y dormir en Champions.