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Lotina encara con optimismo la empinada cuesta de enero

Lotina, durante un entrenamiento en Abegondo. / fran martínez

Lotina, durante un entrenamiento en Abegondo. / fran martínez

R. F. M. | A Coruña

Lotina no quiere ni pronunciar la palabra Champions, sin embargo, afronta con inusitado optimismo el tramo de Liga más complicado para el Deportivo. No le asusta al técnico vasco la cuesta de enero. Cree que su equipo está capacitado para coronar el mes con suficiencia, aunque los rivales sean Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal, ya en febrero. "Estoy convencido de que vamos a sumar bastantes puntos en esta etapa y sólo estoy deseando que lleguen todos los compromisos", espeta ilusionado, y a la vez comedido cada vez que se le menta la palabra Champions, quizás aconsejado por su psicólogo para no presionar a su plantilla. "La presión nunca es buena para el futbolista. Siempre que se la metes por ganar o por la clasificación, no ayuda. Al futbolista le tienes que hablar de mejora y de disfrutar. Ahí es cuando su rendimiento y la clasificación es mejor", explica.

Con la consigna de no mentar al diablo (Champions) para que no se vuelva en su contra, Lotina confía en que cada cosa llegue a su justo tiempo. Y si como vaticina, el Dépor suma "bastantes" -que pueden ser seis o siete- puntos ante los grandes, todo llegará. Mientras tanto, prefiere que su equipo se dedique a jugar. "Un equipo tiene que tener su personalidad y su filosofía e ir con ella a muerte", dice. Por eso, a Lotina le preocupa poco si el Sevilla sale con uno o dos delanteros, con unos u otros jugadores. "La fuerza de este equipo está en cómo entrenan entre semana y en cómo luchan los jugadores los domingos. Con eso conseguimos transmitir algo que a la afición le gusta. En eso vamos a insistir. Lo demás es secundario", zanja ante la insistencia de hablar sobre la posibilidad de dormir esta noche en puestos de Liga de Campeones.

Lo único que pide el preparador vasco para mantener la ilusión entre la plantilla es seguir en la Copa y la UEFA, porque considera que "estar en tres competiciones te permite que la gente esté más centrada y que todos se sientan importantes". Nueve jugadores que fueron importantes en Copa el miércoles, por ejemplo, hoy se quedarán en el banquillo o en la grada.

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