deportivo 1-3 sevilla
Kanouté despierta al Dépor

Sergio se lleva las manos a la cabeza, al lado de Renato, autor del segundo tanto del Sevilla. / carlos pardellas
Roi Fernández. A Coruña.
La Champions pasó de puntillas por Riazor. Un cuarto de hora le duró el sueño al Deportivo. El tiempo que transcurrió entre el gol de Bodipo, al filo de la media hora, y el de Luis Fabiano, en el arranque de la segunda parte. Pero fue Kanouté, que se recuperó de forma milagrosa en el banquillo de unas molestias en el tendón de Aquiles que le impidieron salir de inicio, el que despertó a los blanquiazules de su efímera gloria. El malí, protagonista en la Copa por un gol y su celebración en apoyo a Palestina, se colgó en Riazor el cartel de revulsivo. Sirvió el empate y el tanto que certificaba la remontada a Renato. El tercer gol sevillista en el descuento en una cabalgada de Navas por la banda que remachó Capel, confirmó que el plan diseñado por Manolo Jiménez cuando se quedó con un hombre menos por la expulsión de Maresca (m. 40) funcionó a la perfección, beneficiado, eso sí, por el empate tempranero de Luis Fabiano. La autoexpulsión del medio italiano parecía parte de un plan preconcebido para forzar el ataque en masa del Dépor y sorprender al contragolpe. El Dépor cayó en la emboscada y se volcó sobre el campo rival en superioridad. Tan lógico como el planteamiento del Sevilla, que con uno menos dejó todo en manos de la velocidad y la calidad de Kanouté, y ganó.
minuto cuarenta y el Dépor jugaba a placer. Tanto que le costó abandonar el campo.

Kanouté despierta al Dépor
Con 1-0 en contra y la sombra de la destitución encima, Jiménez buscó un ataque en plan suicida. Sacó a un defensa, Crespo, y puso en escena a Kanouté, que pronto se convertiría en el verdugo blanquiazul. El Dépor, mientras tanto, a lo suyo. A dormir el partido con uno más. Pero despertó de sopetón con el gol de Luis Fabiano (1-1, m.49). El brasileño enganchó un buen servicio de un Kanouté que parecía milagrosamente recuperado de su lesión y el Sevilla resucitó, aunque ya se había dejado una víctima -Maresca- por el camino, así que se suponía que tendría que redoblar el esfuerzo. Pero apenas se desgastó, porque fió todo su juego al contraataque. Y le salió. Con uno menos, la velocidad de Kanouté sentenció.
Antes de ese injusto final, con empate en el marcador, el Dépor se jugó el órdago. Lógico con un jugador más. Por eso Lotina sacó a Omar Bravo con la intención de despertar un partido que había dormido de forma intencionada el rival tras el empate. Y se desperezó el Deportivo, pero sin más. El que se levantó para despertar del sueño a los locales fue Kanouté con su segunda asistencia de gol, esta vez a Renato, que entró libre de marca por el centro de la defensa para cabecear a la red todas las ilusiones blanquiazules de soñar, aunque sólo fuera una noche, otra vez con la Champions. Sergio y Lopo intentaron recuperar el sueño deportivista, pero Palop lo evitó luciéndose y Capel lo borró con el tercero tras una cabalgada de Navas en otra contra que confirmaba que a veces con diez se juega mejor que con once.
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