Calderón echa a un cargo de confianza por el escándalo de la asamblea

Arropado por su junta directiva en pleno, Ramón Calderón encaró ante los medios de comunicación su momento más delicado desde su llegada a la presidencia, admitiendo como ciertas las informaciones desveladas por Marca por la presencia de personas que se hicieron pasar por compromisarios para votar a su favor, organizadas por Nanín. El órgano más importante de un club de más de cien años de existencia, manipulado por un joven de 25 años.

El presidente madridista compareció durante una hora para defender su inocencia, la unión de su junta, admitir que se siente traicionado por trabajadores del Madrid que no le son afines y pedir al socio un voto de confianza en plena tempestad. "Experimento una sorpresa ingrata y muy desagradable al conocer los hechos publicados. Puedo jurar por mi honor y el de mis directivos, que ninguno de nosotros ha participado directa ni indirectamente en la inclusión de personas no autorizadas en la última asamblea del Madrid", aseguró Calderón.

"Mi dimisión no arreglaría nada. Dejaría un vacío de poder que obligaría a convocar elecciones" añadió el mandatario madridista, que no desveló fechas, pero declaró: "Convocar elecciones en febrero iría en contra de la situación deportiva del equipo. Vivo una situación que no es agradable pero sería una cobardía abandonar. Haría una repetición íntegra de la asamblea porque se ha producido una nulidad. Es lo justo".