El Leyma sobrevive a la locura

Cuando un equipo no está acostumbrado a ganar, como le pasa al Leyma Básquet Coruña, le cuesta mucho rematar la faena. Ayer quedó demostrado en la Polideportiva de Riazor. Ganaba de diecisiete puntos en el último cuarto (65-48), pero durante varios minutos el miedo a vencer lo atenazó. Más que eso, lo dejó paralizado. El Prat Joventut aprovechó esa circunstancia para volver a meterse en el partido. Y de qué manera. Parecía tenerlo todo perdido, pero con un parcial de 11-0 redujo la desventaja a seis puntos, primero, y luego a sólo tres gracias a un gran gancho de Lloréns. 70-67 a minuto y medio para el final. El encuentro estaba totalmente loco y el equipo catalán dispuso de una posesión para poder empatar con un triple, pero el Leyma evitó el desastre con una buena defensa, su mejor arma anoche. Luego apareció Lino López para ponerle un poco de cordura al asunto. Tal y como estaban las cosas, había que echar el freno y buscar posesiones largas moviendo el balón con criterio. Lino lo hizo y el Prat, a la desesperada, no tuvo más remedio que recurrir a las faltas. Arzallus no perdonó desde la línea de tiros libres y a falta de quince segundos amplió la ventaja hasta los cinco puntos (72-67). El marcador ya no se movió más y el Leyma pudo saborear una victoria que le permite tomar aire y abandonar los puestos de descenso.

Sobraron los primeros tres cuartos, porque el partido se resolvió en el último. El Prat Joventut trató de anular a Joseph con muchas ayudas bajo los tableros. El haitiano se encontró con dos rivales cada vez que intentó buscar el uno contra uno, casi siempre Lloréns y Ortega. Lloréns, muy duro sobre la pintura, se cargó con cuatro faltas personales poco antes de que se llegara al descanso y tuvo que pasar muchos minutos en el banquillo. Aun así entró en el último cuarto para ayudar a su equipo a buscar la remontada. Sorprendentemente, el pívot del Prat Joventut consiguió acabar el encuentro sin que le pitaran la quinta. Fue el máximo anotador del partido, con catorce puntos, empatado con el coruñés Antonio Seijo. Joseph, muy vigilado, no fue tan determinante como de costumbre de cara al aro contrario. Acabó con sólo seis puntos, pero sus compañeros -sobre todo Seijo, Lino López, Zoro y Manu Pereira- se encargaron de llenar ese vacío anotador.

El Leyma pasó por encima de su rival al inicio del último cuarto y con un parcial de 13-0 amplió su ventaja hasta los diecisiete puntos gracias a dos triples consecutivos de Zoro. A partir de ahí el partido entró en una fase de locura con grandes dosis de dramatismo. Lejos de enfriar el encuentro, el Básquet Coruña perdió varios balones de forma consecutiva y erró en la selección de tiro. El Prat, en cambio, recurrió a la línea de seis veinticinco para meterse en el partido y a base de triples recortó la desventaja hasta los tres puntos. Ortega y Jeline demostraron que tienen buena mano. No les tembló el pulso, pero su acierto no fue suficiente para completar la remontada ante una afición coruñesa que no daba crédito a lo que veía. Y menos mal que el final fue feliz porque el Leyma estaba obligado a vencer. La lectura es positiva porque se ganó, eso siempre, pero Antonio Pérez tomó buena nota de lo ocurrido en ese final de infarto. Casi se escapa un triunfo que estaba hecho y eso no puede ocurrir. La ansiedad bloqueó a sus hombres ante un adversario que aún no ha vencido ni una vez fuera de casa. Hay cosas por mejorar, pero lo importante es que el Leyma vuelve a tomar oxígeno a costa de un rival directo.