madrid 3-1 osasuna

Pérez Burrull castiga a Osasuna sin dos penaltis

Roberto Morales | Madrid

La masa social del Madrid, hastiada de años de incertidumbre, utilizó el fútbol como vía de escape. La poca atención que dedicó al palco contrastó con el rigor al que somete a un equipo que anduvo sin rumbo, jugó a impulsos y se perdió en balones largos ante la falta de creación. Las quejas generalizadas tardaron 29 minutos en aparecer.

Por si faltase morbo llegó al Santiago Bernabéu José Antonio Camacho, madridista de raza presente en las polémicas elecciones con las que Calderón accedió al poder. Presentó a un Osasuna ordenado, con las ideas claras defensivamente y confiado en la calidad de Juanfran para montar un ataque directo que brilló en el primer acto.

Pérez Burrull, el colegiado, se tragó al cuarto de hora un penalti sobre Juanfran, que además fue amonestado. Poco después un centro medido de Plasil fue rematado a gol por Nekouman.

Hacía falta un golpe de efecto y Juande Ramos decidió pasar al olvido las acusaciones de técnico defensivo. Introdujo en el campo todo su arsenal juntando jugadores como Raúl, Higuaín, Robben y Huntelaar. Un disparo lejano de Sergio Ramos inició la reacción a los cinco minutos de la reanudación. Higuaín, entrando desde atrás, marcó el 2-1; en catorce minutos el Madrid recuperó el pulso a la Liga. Un nuevo claro penalti sobre Juanfran no fue señalado por Pérez Burrull que además expulsó al osasunista por considerar otra simulación. Robben sentenció en el minuto 90.

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