Protagonistas de la jornada

ELeo Messi. Marca el ritmo del Barcelona, el equipo en mejor forma del planeta. Sin un jugador capaz de frenarle, sólo las lesiones musculares cortan el ritmo de un futbolista que asalta el altar del mejor del mundo, aunque los premios individuales recaigan sobre el portugués Cristiano Ronaldo. Messi dedicó besos de tranquilidad a la afición culé tras marcar dos goles para sacar al equipo del apuro ante el Numancia. La sombra de Florentino Pérez comienza a planear ante las próximas elecciones del Madrid y un pasado reciente conduce a la intranquilidad del azulgrana, que ya vio como estrellas como Figo o Ronaldo emigraron en su mejor momento. Con el astro argentino parece diferente. Se crió en La Masía y aprendió a sentir unos colores que no piensa traicionar.

ERaúl. Asoma el capitán del Madrid por números de un mito como Di Stéfano. Un cabezazo suyo ante el Deportivo de la Coruña concedió la quinta victoria consecutiva al equipo de Juande Ramos, marcando su gol 306. Se queda a uno sólo de convertirse en el máximo artillero de la historia blanca.

ESoldado. Hasta que el Sporting de Gijón no se ha cruzado en su camino, Soldado ha estado alejado de la imagen de goleador que se había ganado desde sus primeros pasos en la cantera del Madrid. Como fichaje más caro de la historia del Getafe no había respondido a las espectativas. Sin méritos para una titularidad continuada, marcó tres goles para despertar al Getafe de su mal momento y recuperar la confianza perdida. Se llevó el balón a su casa. La camiseta decidió regalarse a otro goleador histórico: Enrique Castro, Quini.

EHeitinga. Llegó al Atlético de Madrid como el mejor jugador de la Liga holandesa y en seis meses ha inundado de dudas su cartel con discutidas actuaciones. Se le achaca su mala colocación y una facilidad inusual para cometer penaltis. De momento, el holandés rebajó un poco la presión que comienza a sentir el técnico mexicano marcando el gol del empate en Málaga.

EJurado. Fue la perla de la última gran generación formada en la cantera del Madrid pero su magia se ha ido apagando desde su salida al Atlético de Madrid y la posterior llegada al Mallorca. Tiene una calidad de privilegiado para triunfar y la confianza de Gregorio Manzano, que como no ocurría con Aguirre, le ubica en la media punta. Su demarcación natural. Desde allí cortó la mala racha de su equipo, que llevaba once jornadas sin vencer, y frenó al Valencia provocando un penalti y marcando dos goles.