Juventud contra experiencia

Será un duelo por honor, ya que ningún equipo se está jugando nada por ahora, en el que se verán las caras dos viejos conocidos en los banquillos; una hermana pequeña que buscará la revancha con su hermana mayor ante la atenta mirada de familiares y amigos; y muchas jugadoras que están de vuelta se medirán a ex compañeras y técnicos.

Las hermanas coruñesas Paz tuvieron que aprender a ser rivales en la pista cuando la mayor, Cristal, de 26 años, se fue a estudiar a Santiago y comenzó a jugar en Noia. La pequeña, Eli, de 22, no abandonó nunca A Coruña y después de jugar en el desaparecido Millenium se unió al Zalaeta. El conjunto coruñés y el Noia se vieron las caras la pasada campaña en esta misma categoría y la hermana mayor fue la gran triunfadora. "Ella me ganó las dos veces el año pasado y ahora espero que sea al revés", asegura con tono de venganza Eli Paz, quien cree que esta temporada su equipo está reforzado y es más sólido, mientras que para ella el Autos Rico, que arrancó muy fuerte, "acumula muchas bajas y no está tan bien ahora".

"Estamos acostumbradas a tener que enfrentarnos, pero si pierde ella no está muy contenta ese día. El año pasado gané yo, pero esta vez puede ser al revés y tampoco sé cómo voy a reaccionar, pero tengo más años y estoy más acostumbrada a ganar y a perder", afirma Cristal, que también pone de manifiesto las diferencias entre los dos conjuntos: "Ellas tienen mucha ilusión, desde hace dos años tienen un equipo muy bueno y ahora mismo son más profesionales que nosotras. Entrenan con vistas a seguir ascendiendo mientras que nosotras, que estamos muy contentas con los resultados, no tenemos ese objetivo. Será la juventud contra la experiencia", apunta Cristal.

No sólo algunas jugadoras vivirán el derbi coruñés como un deseado reencuentro, por compañerismo o ganas de revancha, según sea el caso, sino que los entrenadores de ambos equipos también se conocen desde hace tiempo y tienen ganas de enfrentar a sus respectivas pupilas en la cancha. Jorge Barrero, técnico del Antalsis Zalaeta, y Julio Vázquez, del Autos Rico UDC, coincidieron como jugadores en el Calvo Sotelo e hicieron sus pinitos como entrenadores en el Calasancias, cuando todavía jugaban al voleibol. Vázquez perteneció a la plantilla del equipo colegial antes de coordinar la sección de voleibol femenino de la Universidad de A Coruña, donde ha formado un equipo muy competitivo que está siendo la revelación de la temporada -es el líder de la categoría y sólo ha perdido dos encuentros de siete disputados en su primer año-.

"La clasificación no es significativa porque nosotros tenemos un partido adelantado, que hemos perdido, por cierto, y ellas tienen dos por jugar. Si nos fijamos en el número de derrotas, ellas sólo han perdido una vez y nosotros dos", comenta el coruñés respecto a sus rivales, a las que da como favoritas para el duelo debido a las numerosas bajas en su plantilla.

"El Zalaeta quiere jugar la fase de ascenso y para nosotros eso no era una prioridad al principio de temporada, sino mantenernos en la categoría. Hemos hecho una buena primera vuelta, y no quiero ser muy pesimista, pero estamos sufriendo muchas bajas. Ya empezamos con el equipo justo y ahora tenemos que jugar con las del filial, cuando antes venían como refuerzo. Pese a todo, las jugadoras son muy optimistas. Ellas están muy fuertes, pero está claro que no damos ningún partido por perdido cuando salimos a jugar, lo que no quita que hayamos perdido fuerza", lamenta Julio Vázquez.

Jorge Barrero, quien entrenó en su momento a Nancy, Rocío, Lucía, que es baja por traslado, o a la propia Cristal, todas ellas del Autos Rico ahora, corrobora el buen estado de sus jugadoras: "Las chicas lo están haciendo muy bien, pero todavía no hemos entrado en el ritmo de competición, no hemos tenido dos fines de semana seguidos con partidos. Ahora ya empezamos a tener más continuidad, por eso somos un poco la incógnita. Yo preveo que será un partido muy igualado".

Los derbis, y más los que se nutren de historias personales, son impredecibles, pero lo que sí es seguro es que son un paréntesis aparte en la liga que resulta gratificante vivir para vencedoras y vencidas.