Que Iván Carril marque un gol es noticia. No porque anotarlo suponga una rareza en la carrera del centrocampista del Fabril, sino porque hacía mucho tiempo, 448 días en concreto, que el jugador del filial no celebraba un gol propio. El 10 de noviembre de 2007 cruzó un disparo ante Roberto, portero del Lugo, y encendió el marcador para el Fabril en aquel partido (1-1), el último hasta el pasado domingo en el que Iván marcó. Frente al Guijuelo lo hizo dos veces, para abrir y cerrar el resultado (0-3). El canterano de Boqueixón, que vive su último año en el filial, está atravesando sensaciones confusas esta temporada. Peleado con los errores de su juego, se ha caído de las convocatorias, ha regresado al equipo, la portería contraria se le ha seguido resistiendo y al fin se ha quitado un gran peso de encima con sus tantos en Guijuelo. A punto de cumplir 25 años, Iván Carril reconoce que "todavía" debe seguir creciendo y se niega a renunciar a cualquier techo, incluso el que ya tocó una vez, el de la Primera División con el Deportivo.

-Lo inmediato primero. Menudo alivio al marcar de nuevo.

-Celebré el primer gol con una liberación tremenda. Antes marcaba alrededor de cinco goles cada temporada y ahora pasaba el tiempo y me iba obsesionando un poco. Crecía la ansiedad dentro de mí porque fallaba algunas ocasiones claras y sentía presión encima.

-Y el segundo, una relajación mayor, ¿no?

-Me di cuenta de lo mucho que había pasado desde que sentí esa sensación de marcar. El segundo gol me motiva mucho más porque creo, además, que va a suponer que el equipo vea la luz en adelante.

-¿Sale tan reforzado usted del partido de Guijuelo como su equipo?

-Los dos. Yo, porque marqué. Pero el equipo, más. Por un lado, jugamos sin Lassad, que es nuestro máximo goleador, e hicimos tres; ganamos con claridad después de varias semanas jugando bien pero sin ganar por falta de fortuna; y volvimos a dejar nuestra portería a cero. Todo esto nos va a dar mucha confianza de cara al futuro.

-Su temporada está siendo irregular. Pese a su veteranía en el Fabril ha sido desconvocado por decisión de su entrenador. ¿Le dolió? ¿Cómo le afectó?

-Me dolió por no jugar y porque se repitió más semanas. Yo no estaba jugando bien, salí del equipo y entonces empezamos a jugar mejor y a ganar. Eso quizá me dolió más, aunque por muy dolido que yo estuviese la trayectoria del equipo fue lo mejor para todos.

-¿Sintió que se le cerraban las puertas del equipo?

-No bajé los brazos. Tenía esperanzas de volver porque ya has aprendido que la Liga es muy larga y queda demasiado por jugar.

-Y no tardó en volver.

-Sí, eso me alegró de nuevo. Ganamos algunos partidos más, lo que demostró que estábamos trabajando bien entre todos. Luego llegaron rivales más complicados y volvimos a fallar.

-¿Qué aprendió de la lección?

-Me di cuenta de las cosas en las que estaba fallando, comprendí que a lo mejor necesitaba cambiar de forma de jugar.

-¿Y qué aprende Iván Carril todavía como el futbolista con más edad del Fabril?

-Hasta del jugador más joven aprendo cosas, de su ilusión, de su esfuerzo. Pasa el tiempo y me siento más maduro, pero admito que aún tengo que crecer más.

-Si echa la vista atrás, hasta su debut en el Deportivo, a sus cesiones antes de regresar de nuevo al Fabril, ¿cómo valora sus pasos?

-Ya digo, aún debo crecer, por eso no renuncio a volver a esas categorías aunque parezcan lejanas. Lo que más lamento es que las lesiones no me dejaran tener continuidad en algunas fases de mi carrera, sobre todo cuando fui cedido al Vecindario y al Palencia. Por eso lo que más pido a Dios al pensar en el fútbol es que los problemas físicos no me frenen.

-¿Siente, como ocurre con muchas situaciones en la vida, que tras haber vuelto al Fabril ha pasado ya el tren hacia otras estaciones y que lo ha perdido?

-Pasan los años y crees que nunca volverás a jugar en Primera, es cierto. Pero el fútbol es tan raro y da tantas vueltas cuando menos te lo esperas que no pierdo la esperanza por nada. Poder vivir del fútbol siempre ha sido mi sueño desde niño. En los momentos malos pasan muchas cosas por tu cabeza. Haces un gran año, una gran temporada, y ya vuelves a tener otra oportunidad de estar más arriba.