El Molinón, hogar del deportivista Pablo Álvarez durante más de cinco temporadas, guarda muchos gratos recuerdos para el jugador gallego. Allí defendió el escudo del Sporting y se consolidó en el equipo gijonés hasta fichar por el Deportivo en el verano de 2006. Pero el desgastado coliseo sportinguista despidió a Pablo en una tarde negra de su carrera. En su último partido como rojiblanco sufrió una grave fractura abierta de tibia y peroné que cortó su progresión y lo apartó de los terrenos de juego durante nueve meses. El futbolista no olvida los detalles dolorosos de aquella tarde.

"El lateral izquierdo del Lleida, Dani Marín, conducía el balón por su banda y yo lo perseguía. Intenté robarle el balón por detrás. Cuando se lo quité él iba a golpear el esférico y su patada chocó contra mi pierna apoyada. Sentí mucho dolor y tuve que retirarme. El jugador después se preocupó por mí y me llamó. Él no tuvo ninguna culpa, sólo arriesgó un poco. Fue la lesión más grave que he tenido, un gaje del oficio", repasa Álvarez.

"Todos los recuerdos que tengo de El Molinón son buenos salvo el de la lesión", asegura el deportivista, quien desde entonces, un 23 de abril de 2006, no ha vuelto a tener continuidad en su equipo, el Dépor. En aquella campaña disputó 27 partidos en Segunda División, 26 de ellos como titular, y en tres de las cuatro temporadas anteriores en el Sporting había jugado 35 encuentros. En total, Pablo Álvarez participó en 12.469 minutos y marcó 25 goles a lo largo de cinco ejercicios y medio, ya que en el primero aún pertenecía al filial.

En el Deportivo cambió la dinámica deportiva para Pablo. No regresó a un campo hasta el 31 de enero de 2007, en la Copa del Rey contra el Valladolid, cuando marcó uno de los goles de la victoria por 4-1 en Riazor. Con Joaquín Caparrós en el banquillo sólo jugó 343 minutos en 7 partidos. Con Lotina se quedó en sólo 11 en el curso pasado, en el que fue cedido al Racing de Santander para saltar hasta los 965 minutos en 18 jornadas de la segunda vuelta. Volvió al Dépor el pasado verano y ahora acumula 530 escasos minutos, cifra que podría aumentar si mañana vuelve a pisar con nostalgia el césped de El Molinón.

"Empecé jugando y pensé que todo iba a ser distinto, pero tuve problemas musculares y salí del equipo. Ahora no he vuelto a tener continuidad. He ido convocado en las últimas semanas pero apenas he jugado. De nuevo parece que no cuento nada", se queja Pablo Álvarez, que desde el 1 de febrero ante el Villarreal no juega en la Liga.

El extremo derecho gallego también participó en los dos últimos partidos de UEFA contra el Aalborg, pero no entra en los planes de Miguel Ángel Lotina, quien lo alineó como titular en siete de las primeras ocho jornadas y después en sólo tres partidos ligueros más.