El Valencia arrancó la Liga con un gran triunfo ante un rival directo como el Sevilla, gracias a dos goles de sus apuestas de futuro, Mata y Pablo Hernández, que certificaron un partido serio de los locales ante un equipo andaluz que jugó la segunda parte en inferioridad por la expulsión de Kanouté.

El equipo de Unai Emery tenía un examen duro en el arranque liguero, un Sevilla que ya le había ganado en pretemporada y que le superó la campaña pasada en la clasificación, pero su solidez en defensa, el buen trabajo de creación de Ever Banega y la inspiración de sus estrellas dieron al traste con los intereses visitantes.

Desvelada la incógnita de la portería valencianista con Moyá bajo los palos, el duelo arrancó con ambos equipos tratando de presionar arriba y beneficiarse de la rapidez de sus hombres de banda para abrir el campo y acechar el área contraria, aunque con el transcurrir del partido se diluyó esta intensidad.

El primero que avisó fue el Valencia, a los seis minutos, con un zurdazo de Pablo en el centro del área que obligó a Palop a lucirse en la que fue la ocasión más clara de la primera parte. Con Bruno grapado en la cabeza por un codazo de Kanouté y Romaric lesionado cuando apenas se habían disputado veinte minutos, el juego del Valencia, con Banega y Silva muy activos, era más claro hacia las inmediaciones de Palop, aunque el Sevilla no renunciaba al ataque, lanzado por la fuerza del recién entrado Didier Zokora. Parecía que resurgían viejas rencillas y rivalidades y el partido se hacía más bronco, con faltas continúas, y falto de ritmo, por lo que el nivel de juego de ambos equipos decreció.

El fútbol más fluido del Valencia le acercaba más al área de Palop, aunque carecía de remate, mientras el Sevilla apenas inquietó la meta local, con Dealbert y Alexis atentos para atajar cualquier intento de los arietes sevillistas. La recta final del primer tiempo fue intensa, después de que un remate de Silva en el límite del área pequeña, tras un gran centro de Pablo por la derecha, se frenara entre las piernas de Palop. En la siguiente jugada, una plancha de Kanouté a Marchena supuso su segunda cartulina y su expulsión, a un minuto del descanso.

La reanudación no pudo comenzar mejor para el Valencia y una triangulación entre Villa, Banega y Mata acabó con un gran disparo del burgalés que se coló sin remedio en la meta de Palop. El Sevilla se vio asediado y controlado y Manolo Jiménez tuvo que mover su banquillo y dar entrada a Negredo para tratar de reactivar su ataque, pero tampoco el joven delantero dio alegría al juego visitante.

El Valencia había encontrado su acicate y buscaba con más ahínco la puerta rival porque el resultado era corto y el Sevilla trataba de conseguir el empate a balón parado, una de las asignaturas pendientes valencianistas la temporada pasada. A pesar de que un disparo seco y duro de Negredo puso al Valencia en vilo, los locales no dieron opción y, tras un pase de Ever Banega, Pablo firmó el 2-0 con un disparo lejano que elevó con frialdad sobre Palop.

Quedaban seis minutos para el tiempo reglamentario y el partido estaba sentenciado, aunque el Valencia siguió buscando sus opciones a la contra hasta el pitido final, que fue el prólogo de una gran ovación de Mestalla a su equipo, la primera de la temporada.