El Olympique Lyon aguantó la presión del Girondins de Burdeos y, aunque perdió, hizo buena la renta que había logrado en la ida para clasificarse para semifinales, su mejor actuación en la máxima competición europea a la que no falta en las diez últimas ediciones.

Los lioneses se apoyaron en su mejor arma, la gran disposición táctica y el gran esfuerzo que les permite colmar las carencias técnicas de un equipo que nadie esperaba a estas alturas de la competición.

El Lyon alcanza el penúltimo escalón en la temporada más inesperada, tras perder la hegemonía francesa, tener un inicio irregular y cuando las críticas parecían llevarse por delante el modelo de un equipo que tenía su techo en los cuartos que había alcanzado en tres ocasiones (03-04, 04-05 y 05-06).