-¿Cómo se siente el artífice del ascenso al día siguiente?

-Pues imagínate con una felicidad plena. Se ha cumplido el trabajo de muchos meses. Nuestro primer objetivo era entrar en la fase de ascenso, el segundo ser campeones y el último ascender. Hemos cumplido todo y a la primera. Ha sido una temporada redonda.

-Todo el mundo habla de Diego Rivas como el héroe.

-Hombre no lo sé. Lo cierto es que prefiero ser héroe que villano? (Risas). El fútbol es deporte colectivo y sin mis compañeros nunca podría haber sido un héroe. A veces cuando uno falla todo se enfoca en él y eso no es justo, lo mismo que ahora, tampoco es que uno haya hecho todo el trabajo. Somos un colectivo en el que están tus compañeros, tus padres, tu familia y tus amigos. Todos forman han contribuido en su medida a lograr este ascenso.

-¿Se imaginaba un partido tan duro?

-No, no pensaba que el partido se fuera a resolver así. Sólo se me pasó por la cabeza cuando después de tantas ocasiones veía que no marcábamos. Entonces sí. Pensaba que o nos marcaban en una jugada tonta o nos íbamos a los penaltis. Al final fue así y por lo menos se hizo justicia.

-Me imagino que durante la semana estuvieron ensayando desde el punto de penalti.

-Estuvimos practicando dos o tres días porque era una posibilidad. De los lanzadores no conocíamos mucho, sólo habíamos visto tres lanzamientos, y los tres del mismo jugador, Txitxo. Además, tiraba uno por la derecha, otro por la izquierda y otro al medio. De poco sirvió. Menos mal que en Riazor lo tiró fuera.

-No tenía referencias, pero detuvo dos.

-Es un poco intuición, suerte o azar. Tratas de aguantar lo máximo que puedes, tratando de hacer que el rival tenga dudas. Luego es reaccionar lo más rápido posible para detenerlo.

-¿Cuándo se dio cuenta de que el ascenso estaba hecho?

-Fue cuando detuve el segundo, lo noté al ver la cara de mis compañeros. En ese momento dices, esto está hecho, lo tenemos en la mano y no se nos va a escapar.

-Luego tocó celebrarlo por todo lo alto.

-Lo primero fue con la afición, fue fundamental su apoyo todo el partido, hasta en los penaltis. Cuando se decidió que se tiraban en la otra portería y vimos que dejaban la grada de maratón para irse a Pabellón, no nos lo creíamos. La verdad es que estuvieron de chapó, de diez.

-Esta ha sido su primera temporada después de llegar del Narón. ¿Satisfecho?

-Ha sido un año satisfactorio. Cuando llegue sólo pensaba en trabajar lo máximo posible y en jugar lo que pudiera. Eso se cumplió. El cierre fue el ascenso donde además tienes protagonismo, así que la verdad es que estoy contento.

-En ese trabajo diario en Abegondo, no sé qué papel juega para usted la figura de Aranzubia.

-He coincidido con él en varios entrenamientos y también con Sambade (entrenador de porteros) y con Manu. Te fijas en él, en cómo se mueve? Te da consejos y trata de ayudarte lo máximo posible. La verdad es que es un lujo tenerlo como referencia y aprender. Es un portero magnífico.

-Y ahora el reto de Segunda B.

-No sé qué sucederá. La base de la plantilla ha demostrado que puede competir. Así que con algunos retoques por la exigencia creo que podremos cumplir.