El Deportivo y el Betis, los dos mejores equipos de la temporada en la III Liga Placo de fútbol indoor, cerraron la temporada con un nuevo éxito para el conjunto coruñés de veteranos, que celebró el doblete al sumar al título liguero el trofeo de la Copa de España. El Dépor superó a los verdiblancos por 10-4, es decir una vez más con autoridad, y con los goles de Djalminha (3), Donato (2), Fran, Nando, Repi, Manuel y César.

Ambos llegaron a la final después de un gran desgaste en las semifinales. Quizá por eso los deportivistas se reservaron para la final una carta en la manga, Djalminha, una garantía de espectáculo. A los primeros compases de respeto mutuo le siguió una fase de toque y buen tratamiento de balón, buscando sin precipitaciones la portería rival y creando ocasiones.

Pese a ello, no tardó en llegar el primer tanto, obra de Donato con un buen lanzamiento. Pocos minutos después, el ex internacional volvía a perforar la portería de Illanes, lo que mejoró el juego de toque y el control del Dépor, que se movió como pez en el agua, esperando a que el Betis dejara huecos que permitieran cogerles al contraataque.

Apoyados por las excelentes intervenciones del meta Elduayen, que evitó que los béticos recortaran distancias, el Deportivo no perdonó despistes y fue ampliando la ventaja en el marcador con los tantos de Djalminha y Fran para situar el 4-0. Un gol de Aurelio pareció animar al Betis pero en una nueva contra Repi castigó de nuevo a los verdiblancos para dejar el 5-1 al final del primer tiempo.

El inicio de la segunda parte presentó a un Betis dispuesto a volcarse para matar o morir. Pero jugar a esa suerte contra un Dépor cómodo y con amplia ventaja es lanzarse sin paracaídas y en seguida los coruñeses se encargaron de demostrárselo haciendo más amplia la herida. En 10 minutos la ventaja se amplió hasta el 7-1. Así es el Superdépor, un equipo que con el viento a favor aplasta a los rivales. Y eso dejó sin demasiada tensión el final del partido, que discurrió por la línea de un Betis laborioso al que las urgencias le fueron entregando a la sangría deportivista, que dejó en las botas de Djalminha, mejor jugador de la final, los minutos para el espectáculo y las filigranas.

El 10-4 rubrica una gran temporada del Deportivo, un equipo intratable, el mejor de fútbol indoor.