"No hay que decirle nada. Le das la camiseta con el número diez y que juegue". Así explicó Pep Guardiola, el entrenador del Barcelona, cómo había actuado ante la supuesta depresión de Leo Messi tras la derrota albiceleste en Venezuela, después el argentino marcó dos goles, 16 desde el inicio de la temporada con el Barça, una barbaridad.

A Messi, un tipo que se aburre hasta cuando está de vacaciones, tal y como dibujó el periodista Leonardo Faccio en un perfil publicado en la revista Etiqueta Negra, se le ve muy motivado en este inicio de temporada, dispuesto, otra vez más, a batir todos los récords: de goles y de títulos.

A la sombra de la creatividad en la pizarra de Pep Guardiola, el entrenador que le sacó de la banda y que inventó para él una posición entrelíneas desde la que enloquece a los rivales, Messi ha empezado el curso incluso mejor que acabó el pasado.

El argentino lleva 16 goles en los 12 partidos oficiales jugados por su equipo. En Liga suma diez (los dos últimos anoche ante el Racing de Héctor Cúper), en ocho partidos; en Champions dos, en dos partidos; en la Supercopa de España le marcó dos al Madrid en dos encuentros; y en la Supercopa de Europa uno de los que sirvieron para levantar la Copa ante el Oporto.

La transformación de Messi desde la llegada de Guardiola al banquillo es evidente. Pep ha deconstruido a Leo. El argentino ya no es el fabuloso jugador que, arrancando desde la derecha, intentaba desarbolar al lateral y a las ayudas defensivas que se pusieran en su camino, ahora es un futbolista con más participación en el juego desde el centro, zona en la que se asocia con los principales genios del equipo: Xavi e Iniesta.

Su peso en el equipo es incuestionable, como también su liderazgo en el fútbol mundial. Ha conquistado dos balones de oro con 23 años, algo que nadie había logrado a su edad, y ha engordado su palmarés y el del Barça, especialmente desde la llegada de Guardiola al banquillo azulgrana en la temporada 2008-2009.

Su calidad y su desequilibrio están íntimamente ligadas a su fortaleza física. Messi ya no se lesiona como antaño. Por ejemplo, en la última campaña de Frank Rijkaard en el Barça, el argentino sufrió dos lesiones similares (sendas roturas en el bíceps femoral de la pierna izquierda) que le apartaron diez semanas del equipo. Desde que Guardiola se hizo cargo del equipo, este apartado también ha cambiado con respeto a las campañas anteriores con el internacional argentino en la plantilla.

En la primera temporada de Pep (2008-09), Messi sufrió una única lesión muscular que le impidió jugar durante un mes, en la siguiente (2009-2010), el argentino estuvo fuera tres semanas por tres leves problemas físicos y en la pasada todavía estuvo menos tiempo de baja por estos motivos.

En la temporada 2010-2011, Messi se lesionó en el abductor derecho con Argentina (cuatro días de baja), sufrió una contusión en la rodilla ante el Sevilla (cinco) y la lesión más grave (una distensión del ligamento lateral interno y externo del tobillo) se la produjo a raíz de una entrada del atlético Tomas Ujfalusi que le supuso diez días y dos partidos de baja.

Y matemáticamente, a más partidos jugados, más posibilidades de marcar goles. En la 2008-09, Messi consiguió 38 goles en 51 partidos; en la 2009-2010 fue capaz de anotar 47 en 53 partidos; en la pasada batió sus registros (53 goles en 55 partidos) y en la presente está dispuesto a acabar con su récord (16 goles en 12 partidos).

En total, Messi ha marcado 154 goles en los 171 partidos que le ha dirigido Guardiola. El argentino ya ha superado a Kubala (196 goles en partidos oficiales) y va descontando para convertirse en el máximo goleador de la historia moderna del club (César, 235), porque en la de siempre, los 357 goles en 357 partidos de Paulino Alcántara, parecen inalcanzables y lejanos para cualquiera.

El 3-0 de anoche ante el Racing deja otros datos igualmente bárbaros para el Barça, que suma doce partidos consecutivos seguidos sin perder e iguala un récord que tenían desde la temporada 2009-2010.

Con ese resultado, el Barça ya ha sumado 21 goles a favor (5,25 de promedio en Liga) y ninguno en contra en los cuatro partidos del campeonato disputados en el Camp Nou hasta fecha. Además, es el líder (17 puntos) y el máximo goleador de todos los equipos que componen la Primera División (26).

Los azulgranas cometieron cinco faltas durante todo el partido ante los cántabros, fueron capaces de completar 907 pases buenos (129 del rival) y hasta el cerebro del equipo, Xavi Hernández, se ha destapado como goleador: tres goles, su mejor inicio desde que es jugador azulgrana.