El Almería se reencontró con la victoria después de tres jornadas sin ganar, y lo hizo tras superar al Nàstic, lo que deja al colista más hundido, con solo cuatro puntos. Los andaluces, por contra, se reenganchan a la lucha por las dos primeras posiciones de la clasificación, las del ascenso directo, y rompen el gafe de los tres anteriores duelos en casa, en los que vieron como les empataban en los últimos minutos.

Almería y Nàstic disputaron un partido en el que expusieron las diferencias en la tabla, no por fútbol, pero sí por las situaciones, en las que la buena suerte estuvo siempre de parte del conjunto local. El cuadro de Lucas Alcaraz dominó de inicio, jugando por las bandas y tratando de aprovechar la velocidad de sus extremos. Sin embargo, el protagonismo inicial fue para Aleix Vidal y Aarón, que pusieron firma a las primeras ocasiones de gol. De todas formas, faltó acierto en el último pase.

Fue el Nàstic el que colaboró, concediendo ocasiones al cuadro rojiblanco. Aarón dio pie al primer gol. Su centro lo cortó Rodri con la mano y el penalti, lanzado por Ulloa, adelantó a los rojiblancos. Poco antes de cumplirse la media hora, un balón al área rojiblanca lo controló Powell y se lo cedió a Morán para que este, de fuerte disparo, pusiera el empate. Eso provocó que el cuadro almeriense reaccionara y volviera a buscar el gol y no tuvo que pasar mucho tiempo, porque en el minuto 31 otro fallo de Rodri dejó a Ulloa solo ante Rubén Pérez. El argentino no dudó y marcó el segundo para irse al descanso con ventaja. En la segunda parte, el conjunto almeriense volvió a usar la velocidad, la presión y el trabajo de Soriano, lo que dio su fruto porque Rubén Pérez no acertó a despejar un balón y lo recuperó el maño para poner el 3-1 definitivo en el marcador.