Tres minutos prodigiosos de Fernando Llorente, el rey león, fueron más que suficientes para otorgar la victoria al Athletic en su duelo ante el Atlético de Madrid, que puso de manifiesto el crecimiento progresivo de los vascos, así como la decadencia colchonera.

En apenas tres minutos, Fernando Llorente -que apunto estuvo de ser sustituido en la primera parte por sus molestias musculares-logró un doblete que le dio licencia para estrenarse en Liga en la Catedral, además de para catapultar a los suyos a la octava plaza tras un comienzo liguero dubitativo.

A la exhibición de Llorente se sumó Toquero, que remató la faena cuatro minutos después del 2-0. El avezado delantero vasco peinó una falta lateral desde el costado izquierdo y provocó el éxtasis en San Mamés; sentimiento invertido en los madrileños, que todavía no saben ganar lejos del Calderón y que mantienen registros preocupantes.

El trabajo de Manzano comienza a ser cuestionado, fruto, principalmente, del nefasto bagaje ofensivo de los del Manzanares. El Atleti lleva sin ganar desde el 21 de septiembre y no conoce el sabor del gol cuando ejerce como forastero. La cosa pinta mal, el Atleti vuelve nuevamente a meterse en problemas.

Es parte de la idiosincrasia atlética, acostumbrada al bombo y el platillo de los partidos veraniegos, y a la crítica indiscriminada sólo dos meses después. Los de Gregorio Manzano ya son duodécimos y se quedan únicamente a tres puntos del descenso.

Y eso que el choque comenzó con dominio alterno, dando la sensación que los atléticos podían recordar viejas hazañas en un campo sagrado, como la del año pasado. Pero no fue así, con la posesión para los visitantes, el Atleti no sabía qué hacer con la pelota y los de Bielsa, que ha perdido su condición de loco, esperó a la segunda parte para tener su momento.