El estadio Olímpico de Roma abrirá las puertas esta tarde para acoger uno de los clásicos del fútbol italiano entre el Roma y el Milan, un partido que servirá a Luis Enrique, entrenador del Roma, y a Mauro Tassotti, segundo técnico rossonero, para cerrar una herida abierta hace diecisiete años a cuenta del codazo que el italiano propinó al asturiano durante el Italia-España de cuartos de final del Mundial de Estados Unidos de 1994.

"Han pasado 17 años de aquel suceso y esto significa que somos 17 años más viejos... ésta es la verdadera lástima. Por lo demás, no tengo ningún problema con él. Lo que sucedió es ya agua pasada. Son cosas que pasaron sobre el terreno de juego y que se quedaron allí. Sé que estaba arrepentido desde hace mucho. Le daré la mano sin problemas", señaló ayer Luis Enrique en la rueda de prensa previa al partido.

Las palabras de Luis Enrique llegan después de que Tassotti asegurara estar arrepentido y deseoso de pedir perdón por aquello. "Nos volvimos a ver una vez con ocasión de un amistoso veraniego entre el Milan y el Barcelona. Él jugaba aún y yo era asistente de Ancelotti. Me parece que estábamos en Washington pero no recuerdo qué año era. Yo intenté aclarar las cosas, pero no se dio la posibilidad. Yo lo entiendo, está en su derecho de no aceptar mis excusas. Yo estoy dispuesto a hacer las paces, quiero pedirle perdón. Siempre he estado disponible. Sé que le hice daño y lamentablemente es algo que se ha convertido en parte de mi carrera. Hice una estupidez, una gran estupidez, de la que ya me arrepentí sólo un minuto después", afirma el ex internacional italiano en una entrevista en el Corriere della Sera.