De tres en tres. Así es como ha sumado el Celta en los últimos tres partidos de Liga, con lo que ha saltado de la duodécima a la cuarta posición en la tabla, completando así ocho días fantásticos. Y en ese intervalo ha sobresalido un nombre sobre los demás jugadores: Iago Aspas, que ayer anotó dos goles en los últimos minutos ante un Villlarreal B que se preparaba para celebrar la victoria. Pero con la entrada en el campo de Orellana, volvió a emerger la figura del delantero de Moaña, que ya se ha convertido en el máximo goleador del conjunto celeste, con siete tantos, aparte los dos que lleva en la Copa.

En esta travesía tan exitosa, en la que el Celta ha dejado en la cuneta al Huesca, al Girona y al Villarreal B, con los que se estrelló el año pasado en la segunda vuelta, se ha basado en la épica. Porque el triunfo de ayer también tuvo un poco de lucha contra los elementos. Primero porque Álex sufrió una gastroenteritis y tuvo que quedarse en la grada. Después, porque los de Herrera comenzaron marcando en el primer minuto y después tiraron todo por la borda antes del descanso. Menos mal que en la reanudación apareció Yoel para evitar otra dolorosa derrota. Y a partir de ahí, con Herrera manejando con acierto el banquillo, emergió de nuevo el equipo que quiere ser uno de los protagonistas de la Liga, que busca el premio gordo al final de la temporada. Y lo consiguió aplastando en la recta final a un rival con mucha calidad técnica y una enorme pegada. Su delantero Joselu, autor ayer dos tantos, es el máximo realizador de la categoría.

Pero como equipo, nadie supera a los célticos en anotación. Con los tres de ayer ya suma 22 en 11 partidos. Incluso se permite el lujo de prescindir de cara de su máximo realizar la campaña pasada, y hasta ayer también en la presente: David Rodríguez. Pero Herrera ha convertido a Aspas en uno de los jugadores de moda del fútbol español. El técnico ha convencido al de Moaña que puede ser un grandísimo rematador. Ayer sumó dos tantos pero tuvo tres ocasiones más clarísimas. Afinó la puntería cuando entró en el campo Orellana, por un Mario Bermejo agotado. El cántabro lo había jugado todo en estos ocho días y llegó extenuado a la segunda parte. Pero antes dejó su sello, estrenándose como goleador del Celta en la Liga.

Solo había transcurrido un minuto de juego cuando Bermejo olió que entre Oubiña y De Lucas estaban fabricando una jugada de peligro y se fue a toda velocidad hacia la portería de Mario Mariño. Y allí le llegó el centro del catalán para empujarla en carrera.

Demasiado fácil se le ponía el partido al Celta, que antes de los diez minutos pudo anotar dos goles más, pero Aspas fue incapaz de superar al guardameta vigués que le salió al paso cuando el moañés intentaba elevar el balón.

A partir de ahí comenzó otro partido porque el Villarreal B se adueñó del balón, con Castellani y Llorente repartiendo juego por las bandas, sobre todo por la derecha, por la que defendía Roberto Lago. Joan Tomás no llegaba a las ayudas y surgió el empate. Pere centró al área y Joselu llegó en carrera para fusilar a Yoel. El delantero sevillano, que anotaba su séptimo gol en la Liga, estaba en fuera de juego.

Y no mejoró el equipo celeste hasta el descanso. Siguió espeso y agrandando las distancias entre líneas. Tanto insistía el equipo de Molina que cuatro minutos antes del descanso le dio la vuelta al marcador. Otra vez Joselu. Y pudo sentenciar en dos jugadas tras el descanso, pero en una se topó con un extraordinario Yoel y en otra con un infranqueable Oier.

Orellana irrumpió entonces en el partido para darle la vuelta al marcador. Primero, el Celta acertó en la estrategia con una falta que sacó De Lucas para que Aspas anotase su primer gol de la tarde. En el descuento, gran jugada por la banda del chileno para que el de Moaña cerrase una semana fantástica.