"Estoy contando algún secretito del vestuario", se percata De Lucas a media confesión. El vestuario del Celta ha sido decorado con imágenes del Deportivo. No posados agraciados de los jugadores herculinos, sino infografías precisas: "Todas las semanas hay fotografías del rival, de cómo juega, su posicionamiento ataque-defensa...", aclara el catalán. "Estudiamos al contrario seis días antes del partido. Previsualizamos el encuentro muy concienzudamente", asegura el futbolista.

Ese análisis conduce a De Lucas a no centrar el peligro en Valerón: "Es simplificar mucho. Ellos tienen dos laterales agresivos que se incorporan bien y jugadores de sobrada categoría". Vila concuerda: "Todos conocemos la calidad que atesora Valerón. Pero tienen otros jugadores muy peligrosos. El mínimo fallo puede ocasionar un gol".

El central porriñés encuentra un factor de mayor peso. "Debemos tener mucha posesión del balón. Y ante las pérdidas, organizar la presión para que no puedan montar contras. Ahí estará el desarrollo del partido. Sobre todo en la posesión del balón", desvela convencido el zaguero celeste.

El diagnóstico se comparte en la plantilla. "Hay equipos que se sienten más cómodos sin balón. Juegan metidos en su campo, no les importa esperar", explica Bermejo. "El Deportivo, por su vitola de equipo importante y su calidad, quiere tener la pelota. Es uno de los puntos importantes, aunque hay más. Necesitamos rendir al cien por cien durante los noventa minutos", comenta el ariete.

Sin negarlo, De Lucas dirige el foco hacia el arranque. "En un derbi los primeros 25 minutos serán igualadísimos. Y luego, quizá, según como se adapte cada equipo al juego, se impondrán las trayectorias", describe. Ya anticipa Bermejo que "en partidos de esta tensión, el equipo de casa suele salir en tromba. Si controlas esto, después la tensión dentro del campo se relaja. Ya nos ha sucedido en los primeros partidos en casa tanto del Murcia y como del Huelva. Fuimos capaces de superarlo".

El Deportivo dispone de recursos si su juego se atranca. En las jugadas a balón parado, Colotto impone su ley. Coincide esta fortaleza con la enfermedad endémica del Celta. Para eludir el riesgo de esas acciones, "lo más importante es intentar evitarlas", sentencia Vila. "Necesitamos la máxima concentración para que ellos no nos puedan sorprender", rememora el futbolista celtiña.

Pero el Deportivo también padece problemas. Flaquean sus engranajes. No fluye el juego. Un peaje probablemente del descenso. "Les está costando. A nadie le sorprende. Yo creo que ellos no están sorprendidos con el nivel de exigencia de la categoría", reflexiona De Lucas. "Pese a que es el mismo deporte que en Primera División, hay un balón y somos once contra once, se juega de otra manera al fútbol. Hay que adaptarse a eso, entender lo que se puede y no se puede hacer en Segunda División", reflexiona el futbolista.