El estadio José Zorrilla sigue siendo uno de los campos malditos para el Deportivo. Con la de ayer, en sus cinco últimas visitas al terreno de juego vallisoletano, los blanquiazules solo pudieron sacar tres empates y cayeron claramente en un par de encuentros. A pesar de ello, en la grada sí que vencieron los cerca de ochocientos deportivistas, que estuvieron más activos que los hinchas locales.

La racha negativa no cambió ni en Segunda. El empate a cero de ayer supone una mejora con respecto a los dos últimos desplazamientos a Valladolid, en los que el Deportivo salió goleado por tres a cero y cuatro a cero, además de dejar una imagen muy pobre y verse superados. A pesar de no vencer, el punto conseguido puede verse como algo positivo ya que el equipo mantuvo la portería a cero, aunque sigue sin traerse los tres puntos.

Zorrilla se le resiste a los coruñeses desde febrero del 2003, cuando el Deportivo venció con un solitario tanto del holandés Roy Makaay. Ese fue uno de los dos triunfos que consiguieron los coruñeses en sus veintiséis encuentros en la ciudad del Pisuerga. El anterior fue en la temporada 1998-99 y con idéntico resultado. El resto, quince derrotas y nueve empates, con cincuenta y dos goles en contra y sólo diecisiete a favor, además del recuerdo de algunos choques en los que los deportivistas no dieron la talla. Así, al Deportivo se le sigue resistiendo el terreno de juego vallisoletano, sin lugar a duda uno de los campos que peor se le dan al conjunto coruñés, aunque el empate de ayer quizá no sea tan malo viendo los precedentes más cercanos.