El Celta logró sacar un punto tras empatar (0-0) frente al Alcorcón después de un partido en el que los locales buscaron el gol con mucha insistencia, pero pecaron de falta de acierto. Los visitantes renunciaron al ataque en la segunda mitad, encomendándose por completo a una férrea defensa.

Partido de gran intensidad el que se vivió en Santo Domingo entre Alcorcón y Celta, dos equipos de la zona media alta que llegaban con el firme propósito de acabar la jornada en zona de ascenso y que se repartieron los puntos sin conseguir su objetivo.

El Alcorcón saltó al césped dispuesto a hacer valer su condición de local y continuar su buena racha en casa, pero algunas imprecisiones en los primeros minutos hicieron que el Celta aparcara sus nervios iniciales y se hiciera con las riendas del partido.

La primera ocasión del encuentro llegó a los cuatro minutos con un disparo del celtiña Quique De Lucas que se marchó desviado. Los visitantes, muy bien plantados sobre el campo con las líneas muy juntas, se mostraron firmes en defensa y por eso, pese al atrevimiento de los jugadores del Alcorcón, apenas tuvieron problemas para frenar las llegadas de los locales.

A los 22 minutos de partido, el Celta pudo adelantarse por medio de Iago Aspas, pero su remate de cabeza en el corazón del área después de un centro desde la derecha de De Lucas, lo sacó con una estirada Manu Herrera.

Esa acción levantó algo los ánimos del conjunto visitante, que a partir de ese instante empezó a buscar con más intención la portería rival, lo que propició que se abrieran algunos huecos en el centro del campo que favorecieron varias internadas de los extremos locales Paco Montañés y Fernando Sales.

Antes del descanso, el Celta volvió a tener una oportunidad clara para ponerse por delante, pero el lanzamiento lejano de Mario Bermejo se marchó ligeramente desviado por el costado izquierdo de la meta de Manu Herrera.

En la segunda mitad, el Alcorcón adelantó sus líneas y a través de sus delanteros, Quini y Miguélez, buscó con más insistencia la portería de Yoel, pero al equipo dirigido por Juan Antonio Anquela le faltó profundidad para lograr el gol.

Consciente de ello, el técnico jienense movió su banquillo y optó por sacar al delantero Oriol Riera, que dotó de algo más de movilidad al ataque local ante un Celta que para entonces ya había replegado sus líneas dejando que el Alcorcón se hiciera dueño del partido con un alto índice de posesión y el dominio completo del juego.

Los vigueses se limitaron a esperar encerrados en su campo y buscar alguna jugada a la contra en las botas de Iago Aspas y el recién salido David Rodríguez, pero demasiado solos arriba apenas inquietaron a la zaga local.

Los últimos minutos se desarrollaron con un Alcorcón volcado sobre la portería visitante, pero la seguridad que demostraron los defensas del Celta impidió que el marcador se moviera y el partido se consumiera con el beneplácito de los gallegos, que dieron por bueno el punto que obtuvieron en Santo Domingo.