Rafael Nadal, número dos mundial, calificó de "error" que el Masters 1000 de Madrid se dispute sobre tierra batida teñida de azul, pero no culpó a Madrid o a la organización del torneo, al contrario, sino a "la ATP porque lo ha permitido".

"Ayer me entrené en la pista central y mi idea sobre la tierra batida azul no cambia. Es un tema de concepto, no de si es bonita o no", dijo Nadal.

"El torneo de Madrid es de los mejores del mundo y no necesita ir más allá. La tierra azul es un error, pero entiendo a la organización y la valoro positivamente en su intento de innovar. Mi rechazo es hacia la ATP, que es la que permite que se hagan estas cosas", añadió el número dos del mundo.

"Lo primero es que la tierra batida siempre ha sido roja, es una cuestión de historia. Y en las pistas de cemento cada vez hay menos cambios y se están unificando al azul y al verde. La tierra es un material que parece claro que si la tiñes algo cambia, mientras que el cemento lo pintes de un color u otro, el resultado es el mismo", explicó.

"Además", siguió el jugador español, "en cemento jugamos a lo largo del año, mientras que en tierra hay una gira de un mes de duración y es innecesario intentar cambiar algo".

El número dos del mundo volvió a comentar la poca influencia que tienen los jugadores en las decisiones que se toman en el circuito mundial de tenis.

"Pintamos lo que pintamos, ni más ni menos. Madrid es el torneo más difícil de todos los de tierra por la altitud y no necesita diferenciarse más. En este sentido es el torneo de tierra menos parecido a los de tierra y donde más opciones hay de jugar peor. Es mi opinión", destacó sobre el Masters que comienza hoy en su fase previa.

"Tengo una gran ilusión por jugar en Madrid y en España. Son pocas las oportunidades de jugar en casa ante la familia y los amigos", añadió Nadal.

El campeón español se entrenó ayer junto a Janko Tipsarevic y encontró más defectos a la pista que el color azul.

"La valla de atrás es baja y tiene unos anuncios con bombillas de 'led' azul que dificulta la visión de la bola. Además, la pista resbala más de lo habitual, no sé si tiene poca tierra, está dura o por el pintado. Y después, por momentos, parece blanda y tiene botes irregulares, sobre todo en el saque y en el primer golpeo", informó.

"Es una pista que favorece mucho el servicio y el primer golpe, porque la bola bota rápida y hacia delante".

La posibilidad de volver a enfrentarse con el serbio Novak Djokovic, número uno mundial, le pareció perfecta al español.

"Ojalá juegue con Nole porque eso significaría estar en la final (los número 1 y 2 del torneo sólo pueden hacerlo en el último partido si se clasifican). Está claro que después de siete finales perdidas con él, haberle ganado en Montecarlo me fortalece la moral", indicó.

"Llevo dos semanas muy positivas con las victorias en Montecarlo y en Barcelona, ante uno de los mejores del mundo en tierra como es David (Ferrer). Espero que la racha pueda continuar en Madrid", continuó.

Respecto a Djokovic, que a estas alturas el año pasado no había perdido todavía ningún partido, comentó que "repetir lo que hizo Nole el año pasado es casi imposible para él y para cualquier otro jugador".

"Este año está impecable, como el pasado, pero también cuenta la suerte y algunos otros factores, que no siempre tienen que ser positivos hacia el mismo lado", apuntó Rafael Nadal.