El Celta tiene a tiro el retorno a la máxima categoría. El primer paso es ganar hoy al Nástic ; el segundo, depende ya de que el Alcorcón, que se juega a la misma hora la clasificación matemática para la promoción, derrote al Valladolid en su bastión de Santo Domingo.

Hace un lustro, Celta y Nástic compartieron viaje al infierno. Ahora siguen caminos opuestos. Mientras los celestes tienen en la mano acabar entre los dos primeros, los grana han certificado su caída a Segunda B. Cincuenta puntos les separan en estos momentos en la clasificación. Y los de Herrera esperan que esas diferencias se plasmen en el Nou Estadi. Los celestes saldrán a por todas, ajenos a lo que suceda en Santo Domingo, pues, independientemente de lo que ocurra en el campo alfarero, un triunfo les concedería la posibilidad de celebrar la fiesta del ascenso por todo lo alto el próximo fin de semana en Balaídos.

La afición huele la proximidad de una gran alegría, por lo que se ha movilizado como en las grandes citas, como cuando hace siete años realizó un masivo desembarco en Lleida para vivir el ascenso a Primera. Se espera que tres mil celtistas apoyen al conjunto vigués en tierras catalanas.

A pesar de tener tan cerca el premio, en el vestuario celeste se despojan de cualquier muestra de euforia, pues nada tienen por el momento. Un mínimo fallo les privaría de la segunda plaza y les condenaría a un play-off en el que la temporada pasada cayeron en la primera eliminatoria. Al técnico le preocupa la respuesta que pueda tener su equipo después del esfuerzo que realizó el miércoles ante el Xerez. Algunos futbolistas llegan con problemas físicos y faltarán Sergio y Mallo por sanción.

Esto obligará a Herrera a modificar la línea defensiva. Oier se tendrá que trasladar al lateral derecho, mientras que su puesto en el eje lo ocupará Catalá. A su lado se situará Túñez, mientras que Bellvís se ve con opciones de jugar por el costado izquierdo para que Roberto Lago recobre fuerzas. También es probable que vuelva al once Cristian Bustos, por Oubiña, con Álex López como pareja en el pivote. Por delante se espera que repitan Toni, Bermejo y Orellana, aunque De Lucas también cuenta con opciones de salir como interior derecho.

Aspas seguirá como punta de lanza, a pesar de los problemas musculares que le impidieron finalizar el partido contra el Xerez. Pero el equipo necesita en estos momentos a un jugador en racha goleadora, que ya ha sumado 22 tantos este curso.

La novedad en esta penúltima convocatoria es la presencia del portero Matías Dituro, del filial, por si Yoel sufriese algún contratiempo. Paco Herrera se ha llevado a Tarragona a todos los componentes de la plantilla. Incluso los sancionados Sergio y Mallo están con sus compañeros en el último desplazamiento, que podría ser decisivo para la suerte del campeonato. Dependerá del Valladolid.