Óscar Freire aspira a convertirse mañana en el primer ciclista que se alza con cuatro Mundiales. El español puede pasar a formar parte de la historia en la localidad holandesa de Limburgo y se ve con posibilidades de hacerlo. "He venido para ganar", afirmó Freire.

El cántabro indicó, además, que de conseguir la victoria alargaría su carrera durante otra temporada. "Si gano, seguiré un año más porque no puedo desperdiciar una oportunidad como esa. Ya he llevado el arco iris y es algo especial a lo que no quiero renunciar", argumentó Freire, que de no conseguirla, no dudaría lo más mínimo en afrontar la retirada: "Es algo que tengo decidido de hace mucho tiempo".

Respecto al recorrido, el ciclista de 36 años indicó que le va "mejor que el de otros años". "Por forma y experiencia sé que puedo estar ahí adelante, aunque si no, seré el primero en trabajar para mis compañeros", dijo.

Ahora, queda por ver si la lesión sufrida en el Tour de Francia no afectará al rendimiento de Freire en la carrera de mañana. "Si el Mundial fuera dentro de dos semanas estaría mejor", reconoció el tres veces campeón del mundo, que pese a todo dice que "la lesión está olvidada". "Lo peor ha sido la inmovilidad absoluta de los primeros días, en los que el reposo tenía que ser total. Pero luego todo ha ido bien", subrayó.

Para el de Torrelavega la selección española tendrá este año "un equipo muy fuerte", igual que ocurre "siempre" en esta cita anual. Un equipo en el que también estarán los tres ciclistas que coparon el podio de la Vuelta a España: Contador, Valverde y Purito.

Sin embargo, el cántabro señaló a Bélgica como "la referencia" de la carrera. Freire afirmó que tienen "un bloque más acostumbrado a este tipo de pruebas". "La gente ha visto lo que ha pasado en la Vuelta, pero allí no estaban corredores como Boonen, Gerrans o Sagan, que han hecho una gran preparación para el Mundial", recordó Freire, que señaló a los propios Sagan y Boonen como los favoritos junto al noruego Boasson-Hagen.