En Londres 2012 la revolución llegó en el agua y en la categoría femenina. Sofía Toro cumplía con las dos características y, junto a sus compañeras Támara Echegoyen y Ángela Pumariega, se proclamó campeona olímpica contra todo pronóstico pero con una actuación impecable. Fue la primera medalla femenina de la historia de Galicia.