El Barcelona es una máquina de golear (28 en doce partidos) y el Juventus protege a Buffon con un mecanismo defensivo de máxima precisión (solo 7 goles recibidos). Luis Enrique cuenta con su tridente coronado por el mejor Messi, en estado de gracia. Massimo Allegri pierde para la final al símbolo de su última línea, Chiellini. Los números y las sensaciones señalan al Barça como claro favorito para lograr su quinta Copa de Europa en el estadio Olímpico de Berlín. La Juve se hace la muerta, traslada la responsabilidad a su rival, pero ya demostró frente al Madrid, que es capaz de sostener la mirada a cualquiera. Une la fiabilidad defensiva italiana con el espíritu competitivo de los Pogba, Vidal o Tévez, coronado por la calidad y el descaro juvenil de Morata, artífice de que, un año después, no se repitiera una final española.
"Me motiva especialmente ganar al Barça, mentiría si dijera que no", reconocía ayer Morata, que carga con las esperanzas del madridismo de evitar el triunfo del gran rival: "Si gano y puedo hacer feliz a dos aficiones, mejor que a una". Si se impone la Juve, Morata se uniría a un selecto club formado por el francés Desailly, el portugués Paulo Sousa y el camerunés Eto´o, que ha ganado la Copa de Europa dos años consecutivos con equipos diferentes.
Según las casas de apuestas, el Barcelona tiene un 75 por ciento de posibilidades de levantar su quinta orejona. Las opiniones de la gente del fútbol también van en esa dirección, con matices. "Si la Juve no aísla a Messi, ciao", dijo expresivamente Marco Van Basten. Joaquim Löw, seleccionador alemán, matiza: "Todo el mundo cree que el Barcelona es favorito, pero lo tendrá difícil. Juve sabe como reaccionar ante jugadores como Messi, Neymar y Suárez".
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Para la mayoría, el factor diferencial es Messi. Por ejemplo, para alguien que conoció al argentino en sus inicios, como el portugués Deco: "Si la Juve tuviera a Messi sería la favorita". Otros valoran a sus compañeros de ataque. Van del Sar, guardameta del Manchester United en las finales ganadas por el Barcelona en 2009 y 2011, opina que "Suárez ha ayudado a Messi a regresar a la excelencia".
Los elogios hacia los atacantes del Barça también llegan del rival. Por ejemplo, del último baluarte de la Juve, Buffon, que ayer desveló que "tengo un hijo fan de Messi y otro fan de Neymar". Tévez tampoco se anduvo con rodeos al valorar al Barça: "Se trata del mejor equipo del mundo y nos enfrentaremos a los tres mejores delanteros que existen, tendremos que trabajar muy duro, nuestro juego tiene que ser mejor que perfecto".
Frente a los que ven un duelo entre el tridente azulgrana con el muro italiano, algunos aportan una visión original. "El termómetro de la final va a estar en el centro del campo", pronosticó el entrenador juventino, Massimo Allegri, respaldado por uno de sus centrales, Bonucci: "Este partido lo tenemos que ganar en el medio", para lo que propuso una defensa "muy física" en esa zona.
Ahí, en la medular, estará finalmente Iniesta, recuperado de sus problemas musculares. Así que Luis Enrique podrá alinear a su equipo de gala, al que ayer Piqué no dudó en poner por las nubes: "Tenemos un equipazo, uno de los mejores de la historia del club". El central elogió, sin citarlo, el trabajo del entrenador asturiano.
Y, sobre todo, el Barça tiene al mejor Messi en mucho tiempo. El argentino atacará hoy un puñado de marcas para engrandecer aún más su figura. Junto con Xavi, Iniesta y Piqué puede convertirse en el futbolista con más Copas de Europa, cuatro, alcanzando a Eto´o y Seedorf. Además, si marca un gol podría lograr su quinto pichichi europeo y liderar la tabla histórica de goleadores, ya que ahora empata con Cristiano en la temporada (diez) y en el global (77).
Pese a que puede convertirse en el primer entrenador asturiano y el sexto español (Villalonga, Muñoz, Del Bosque, Benítez y Guardiola le preceden) en ganar la Copa de Europa, Luis Enrique afronta la final con su serenidad habitual: "No es el reto más importante de mi vida. Espero que ese momento esté por llegar". Sí reconoció que el Barça tiene la posibilidad de "entrar en la historia" con su segundo triplete.
