A Zeltia García se le acumula el trabajo. Se quedó sin vacaciones porque la seleccionaron para puntuar en los Juegos Europeos de la Juventud que se disputaron este verano en Georgia y ahora empieza una nueva temporada como entrenadora del Tempo, un club que no para de sacar gimnastas de éxito. Y todo lo tiene que compaginar con una nueva faceta como concejal de Deportes en Sada.

-Juez internacional, entrenadora y ahora, política. ¿Se combinan fácil estas tres facetas?

-A veces se me hace complicado. En el Ayuntamiento estoy por la mañana, por las tardes, en el INEF y cuando me llaman para puntuar en algún campeonato tengo que hacerlo durante mis vacaciones. Pero estoy contenta, hago lo que me gusta.

-Como juez, desde que se sacó el nivel internacional, no han dejado de llamarla.

-Estoy teniendo bastante suerte. El año pasado fui a los Juegos del Mediterráneo júnior y este a los Juegos Europeos de la Juventud. Voy con miedo y muy preparada. Es una experiencia increíble. En Tiblisi este verano no quería volver. No lo cambio por nada pese a que me quedara sin vacaciones.

-¿Cada competición le sirve para ganar prestigio?

-La vida de juez internacional es así. Tienes que ir haciendo competiciones e ir teniendo informes favorables. Ganar fama y prestigio para que te sigan llamando. La clave es trabajar y llevar todo aprendido y preparado.

-¿Se ve como juez en unos Juegos Olímpicos?

-Como en toda carrera, hay momentos duros que te planteas si merece la pena seguir. Los exámenes de reciclaje son muy duros. Pasamos una semana en el curso con muchos agobios porque hay muchos cambios en el código. Pero a mí me encanta puntuar, me preparo mucho y estar en unos Juegos Olímpicos es el sueño de cualquier deportista, entrenador o juez. Pero sinceramente me llenaría cualquier campeonato internacional.

-¿Hay mucho presión?

-El nivel de responsabilidad es enorme. El trabajo de todo un año de una gimnasta se pone en tus manos. Para ser lo más justa con ella tienes que prepararte muy bien. Hay un reciclaje continuo y exámenes cada cuatro años.

-Siempre son los más criticados en cada competición.

-Vas aprendiendo a llevar la presión porque lo fácil es echarle la culpa al juez. Nosotros nos podemos equivocar y algunas veces lo hacemos. Pero tienes que aprender a asumir las críticas. Haciendo el trabajo bien, teniendo claro por qué penalizas un elemento o no, estás tranquila. Cuando las cosas salen bien es mérito del entrenador o la gimnasta; cuando salen mal, es culpa de los jueces.

-¿El conocimiento del código, le sirve como entrenadora?

-Yo creo que es una de las claves de nuestro club. Es básico.

-Los resultados del Tempo cada años son más buenos.

-Nos está saliendo muy bien. El trío técnico -formado por ella, Alfonso García y David Carrillo- es muy bueno y el grupo de niñas de competición son como una familia aunque sea un deporte individual. Siempre se están ayudando. Da gusto verlas entrenar. Se dice que la gimnasia es muy sacrificada pero ellas vienen contentísimas a entrenar. Ahora estamos en pretemporada y el ambiente es buenísimo. Prueban cosas nuevas y cuando salen las quince se abrazan y hacen fiesta. Es muy divertido.

-¿Qué objetivos se marcan para la próxima temporada?

-No tenemos ningún objetivo de lograr podios, medallas o campeonatos. Nuestro objetivo es que las niñas vengan a trabajar cada día con más ganas, que saquen elementos nuevos y hagan ejercicios originales, que llamen la atención. Si sale todo y la juez considera que son las mejores ganarán y si no, aplaudiremos a la que esté delante y seguiremos trabajando.

-¿Marca el rumbo María Míguez, que tras ser campeona de España está en el nivel ocho?

-A día de hoy María tiene el nivel más alto, pero es una más. Todas son muy amigas, se ayudan un montón y también se pican entre ellas. De hecho, una de las pequeñas le ganó a María en un entrenamiento de esta semana.

-¿Consideran que, con los medios que tienen, sacan petróleo en forma de resultados?

-Nuestra limitación son las instalaciones. Entrenamos en INEF, pagando un alquiler que compartimos con otros dos clubes. No nos quejamos, porque es mejor que nada. Pero estamos muy limitados a la hora de crecer. Tenemos dos grupos de escuela en lista de espera. Y no podemos subir a ninguna niña al grupo de competición. Necesitamos una instalación propia. Y tampoco es que tengamos mucha ayuda. No sé lo que duraremos.

-Ahora también está del otro lado, del político. ¿Por qué se animó a ello?

-Porque era una fuerza nueva, creada desde cero y sin ningún vínculo político. Me daba pena que en Sada hay muchos clubes que están trabajando muy bien y las instituciones no han ido de la mano. Hay muchas carencias. Si desde mis conocimientos puedo ayudar, vamos a intentarlo.

-¿Será tan justa como concejal de Deportes de Sada como al puntuar en las competiciones como juez internacional?

-Tomar decisiones no está bien visto por todo el mundo. Pero hay que hacerlo bajo unos criterios y con justicia.