El Frontón de Riazor vivirá mañana una noche histórica: la primera vez que en España se celebre una velada de boxeo femenino que combine los combates profesionales con los amateurs. Las luchadoras del PlanasBox heredan el espíritu de María Pita. Coruñesa fue Beatriz Negreira, la pionera allá por el año 1992 y recientemente fallecida -será homenajeada en la velada-. Y de Arteixo es la actual referente del boxeo gallego y nacional, Marta Brañas, que se acaba de pasar a profesional y sueña con ser campeona del mundo. Ella será la cabeza de un cartel que compartirá con sus compañeras Ana Acebedo, Licía Rogel, Montse Rey, Fanny Mendes y Alba Fagil. Todas unidas para mandar un mensaje: las mujeres pueden, están al mismo nivel que los hombres y están dispuestas a demostrarlo.

"A nivel deporte femenino va a ser algo histórico. El que venga se van a encontrar boxeo del bueno y un espectáculo deportivo muy bonito", anima Brañas. "Gran ambiente, deporte y espectáculo", resume. Ella asume la responsabilidad de saberse un referente. "Para mí es un orgullo. Me da más fuerza y motivación para seguir luchando por mis sueños y para llevar al boxeo femenino español a donde se merece". Pero no estará sola. Antes de su combate frente a Ouatif Al Kallachi, en el que busca el 5-0 desde que se pasó al profesionalismo, cinco de las pupilas aventajadas de Chano Planas tendrán su momento: Ana Acebedo, que se enfrentará a Lara (del Krazzy Dog coruñés); Lucía Rogel (contra Arianna, de Noia; Alba Fagil (frente a Alba, de Marín); Montse Rey (ante Yaiza, del Krazzy Dog herculino) y Fanny Mendes (contra la portuguesa Susana Castro).

Ya hace 23 años que Chano Planas lucha por subir a las chicas al ring. En 1992 lo intentó con Beatriz Negreira cuando el boxeo femenino ni siquiera estaba reconocido. "No era la única chica en el gimnasio, pero sí cuando la llevábamos al Palacio de los Deportes no la dejaban pasar", recuerda el entrenador. El deporte evolucionó desde entonces, pero todavía quedan muros que derribar. Uno, los falsos mitos en torno al boxeo. "El ambiente es muy familiar y sano, no el violento y conflictivo que nos han vendido", dice la Potrilla. Otro, la diferencia entre hombres y mujeres. "Los entrenamientos son los mismos. Cambia en competición, porque los asaltos duran tres minutos en categoría masculina y dos en la femenina y las chicas amateurs tienen que llevar casco", continúa.

Para Chano Planas las diferencias son más psicológicas que físicas: "Les dices que hagan algo y de entrada te dicen que no saben o no pueden... pero a las dos semanas lo están haciendo mucho mejor que un chico que lleva varios años". No hay diferencia entre hombre y mujer, sino entre un nivel y otro. "Marta se entrena con chicos. Y cuando suben al ring son dos boxeadores, no un chico y una chica. La igualdad es total. Si el chico no se pone las pilas o baja el listón, Marta lo machaca". En los últimos meses, su gimnasio nota un cambio de tendencia. Entran más chicas que chicos. Que una velada femenina sea "normal" y "no histórica" es el siguiente paso.