Cristiano, que irrumpió en el momento más crítico para su equipo, firmó una tregua en plena agitación en el Madrid, que superó a duras penas a la Real Sociedad en medio de un ambiente tenso y un entrenador, Rafael Benítez, cada vez más en entredicho.

Los golpes de talento del portugués, no obstante, ni fulminan las dudas ni calman el ambiente. El Madrid no mejoró y la insatisfacción de su hinchada es evidente. El plantel, cuerpo técnico incluido, reclama un golpe de timón. Un cambio brusco para un bloque sin rumbo, que se encontró con el regalo de dos penaltis y el error del árbitro de no señalar al menos uno en el área blanca.

El último partido del año se sumó a la lista de culpables de la campaña contra el Madrid desenmascarada en la previa por el entrenador Rafael Benítez.

En el cierre de un 2015 para olvidar, de un año que contempló el declive blanco después de un 2014 cargado de éxitos y que dejó al equipo sin éxitos y con un palpable deterioro en su imagen, el cuadro blanco fue incapaz de cambiar la insatisfacción de la afición. Solo el contragolpe y el arbitraje aliviaron la situación.