La octava edición de la Coruña21 estuvo llena de color. No solo por las camisetas de los más de 1.700 corredores, sino porque el Carnaval también tuvo su hueco en esta prueba. Algún participante se atrevió a ponerse una peluca para completar el medio maratón de A Coruña de la manera más divertida. Aunque los protagonistas fueron Sergio Sánchez y Paula Mayobre, los ganadores.

Para Sergio Sánchez fue una mañana especial. El atleta leonés, que cruzó la meta cuando el cronómetro marcaba 1:04:22, consiguió la tercera mejor marca española de la temporada en los 21 kilómetros. Además, batió el récord de la carrera coruñesa. Un triunfo que llega después de cumplir dos años de sanción por dopaje.

Llegó al Obelisco por delante de Alejandro Fernández, que apareció solo 18 segundos después (1:04:40). El podio masculino lo completó Hassan Lekhili, que finalizó cuando el reloj marcaba 1:05:28.

En chicas, la reina fue Paula Mayobre. La atleta de Ares está en su mejor momento. Después de conseguir la mínima para Mundial y Europeo, Mayobre sorprendió en A Coruña. Arropada por su gente. Hace solo unos días no tenía claro que sus piernas aguantasen otro medio maratón tan pronto, ya que participó en el último mes en Portugal y en el Campeonato de España, pero demostró sobre el asfalto herculino que no tiene límites. Cogió la cinta de meta cuando había pasado una hora y cuarto desde el inicio de la prueba (1:14:55). También batió el récord de la Coruña21, ya que el mejor tiempo era de 1:15:06. En segundo lugar se clasificó Vanessa Lafuente (01:18:39) mientras que al tercer cajón del podio subió Raquel Suárez (01:22:31).

La organización no solo premió a los tres mejores clasificados de cada categoría (veterano, sénior, júnior y promesa) sino que quiso homenajear a los atletas coruñeses y gallegos que marcaron los mejores tiempos.

Al podio, ubicado en el Cantón Grande, también subieron los participantes de silla de ruedas. Era la novedad en esta edición, que las personas con limitaciones severas de su movilidad pudiesen participar junto a los demás. La inclusión es el objetivo. Y ayer se dio un paso importante. Los de hand-bike, no obstante, tuvieron que ser algo más madrugadores que el resto porque su carrera se iniciaba a las 09.00 horas por motivos de seguridad.

Aún así, todos disfrutaron. Primero, las caras reflejaban esfuerzo y cansancio. Tras la meta, las sonrisas eran sinónimo de satisfacción por el trabajo bien hecho. No todos pudieron aguantar los 21 kilómetros. Hubo bastantes abandonos e incluso algunos ni siquiera se pusieron las zapatillas. Los que olvidaron el dolor y se concentraron en la carrera obtuvieron su recompensa. Hasta se animaban entre ellos a lo largo de la carrera.

Otros sorprendieron por su valentía. Un hombre disfrazado de romano pasó por meta sin zapatos, lo que provocó el asombro del público, que fue algo escaso. Las carreras coruñesas suelen despertar el interés de los más curiosos y de las familias y amigos de los atletas, pero el Carnaval y el mal tiempo dejaron en casa a muchos. A pesar de eso, algunas personas se colocaron tras las vallas ubicadas en el Cantón Grande para no perderse ningún detalle y dar el último empujón a los participantes. Además, en los últimos kilómetros apareció la lluvia. Es cierto que el tiempo respetó a los corredores durante buena parte de la prueba, sobre todo teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas, pero algunos tuvieron que correr sobre asfalto mojado. Tampoco esas gotas empañaron el objetivo.

Ya en el Obelisco, el cronómetro apenas importaba. El reto estaba conseguido, unos lo habían hecho antes y otros después, pero todos pueden decir "yo estuve allí". El medio maratón da paso a la siguiente carrera popular, que será el 26 de marzo en la Torre.