Facundo Salinas era el capitán del último Liceo que consiguió proclamarse campeón de la Copa del Rey de hockey sobre patines, del que todavía sobrevive Carlos Gil en el banquillo y Jordi Bargalló y Josep Lamas sobre la pista. Fue en Jerez en 2004 en un torneo muy disputado en el que el conjunto verdiblanco eliminó en cuartos al Vic, en semifinales al Barcelona y se impuso en la final al Igualada. "Fue el más complicado que jugué en mi carrera", recuerda el jugador argentino. Doce años han pasado desde entonces sin que el Liceo haya podido repetir la hazaña. Desde mañana tendrá una nueva oportunidad en Reus, con el Voltregá como primera piedra en cuartos.

El último Liceo campeón del torneo del KO era un grupo formado por Jordi López y Roi Otero como porteros y los jugadores Carlos López, Francesc Bargalló, Marc Fuentes, Josamá Alén, Chus Gende y Mateo Bonilla, además de Salinas, Lamas y Bargalló. "Los recuerdos son muy gratos", continúa el mito verdiblanco. "Pero sufrimos mucho. Primero con el Vic, porque perdíamos de mucho y terminamos remontando y ganando -4-3, con goles de Lamas (2) y López (2)-. Después con el Barça pasó lo mismo -el Liceo venció en los penaltis tras empatar a tres con tantos de Lamas (2) y Salinas- y en la final contra el Igualada, tuvimos que exprimirnos al máximo -2-0 con goles de Francesc Bargalló-", desgrana sus recuerdos sobre aquella competición.

El equipo se ganó el calificativo de especialista en este tipo de competiciones de cuatro días y eliminatorias directas. En 2003 había conquistado la Copa de Europa en A Coruña, uno de los momentos álgidos de la historia del Liceo, y en 2004 sumó la Copa del Rey, la Supercopa de Europa y la Intercontinental. Y más adelante, una CERS (2010) y otras dos Ligas Europeas (2011 y 2012). "Gran parte de culpa la tiene Carlos Gil". El de Mendoza desvela los secretos del vestuario que lideraba el técnico de Buenos Aires. "Nos reuníamos antes de cada eliminatoria para preparar los partidos y sus charlas eran muy importantes", explica. Las reuniones eran muy completas. Desde recuperación física con los fisioterapeutas a estudio del rival, con vídeos sobre sus puntos débiles. Y, sobre todo, la charla del míster: "Nos mentalizaba de una manera que ningún otro entrenador en mi carrera ha hecho. Era muy emotivo. Mucha energía positiva para que no bajáramos la guardia. En dos o tres días podíamos convertirnos en los número uno de España y era lo que nos inculcaba. Estábamos ahí por méritos propios y teníamos las mismas posibilidades que los demás equipos".

Han pasado doce años, sin embargo, sin que el conjunto liceísta haya podido levantar la Copa de nuevo. "Siempre que se pierde hay que mejorar algo", analiza Salinas. "Siempre faltó algo. A veces equipo, jugadores, banquillo, experiencia... otras veces tuvieron que ver los árbitros y otras, la suerte". El balance, no obstante, "es positivo" porque sí que se han ganado otras competiciones. Para la reconquista, Salinas tiene claro el camino. "Que escuchen a Carlos Gil", aconseja a los actuales jugadores verdiblancos. "Tienen que olvidarse de todo, de los años que llevan sin ganar, de otras competiciones, del resto de los equipos... y creer en ellos mismos".