"No hubo otro equipo como el Karbo". Es una frase de María Teresa Andreu, durante 18 años presidenta del subcomité de fútbol femenino de la Federación Española, en el documental Karbo, escola de fútbol, dirigido por el colaborador de LA OPINIÓN Óscar Losada y que el domingo se estrena en el teatro Rosalía de Castro (12.30 horas). En él se cuenta la historia del equipo coruñés, desde su nacimiento hasta su desaparición, y cómo marcó una época, la de los años 80, con un título de la Copa de la Reina y tres Campeonatos de España. Lis Franco, Pili Neira, Inma Castañón, Geli, María del Carmen Borrego y José Mañana, que ya se han hecho un hueco entre los grandes del deporte herculino, protagonizan una cinta que además de hacer un repaso a lo deportivo, analiza el papel de la mujer y las trabas que se encontraron para hacer algo tan sencillo, y que tanto tiempo llevaban practicando los hombres, como era darle patadas a un balón.

El fútbol femenino, de hecho, ha vuelto a ser actualidad en A Coruña -aunque nunca dejó de serlo gracias a la actividad del Orzán y del Victoria- con la posibilidad de que el Deportivo forme una sección para las chicas, una promesa de su presidente Tino Fernández. Pero no es un invento nuevo. El Karbo, primero con el equipo colegial y después con el que absorbió precisamente el Deportivo, siempre será el pionero. Por convertirse en el primero y por abrir la senda de los triunfos. "No teníamos la sensación de que fuéramos unas pioneras. A nosotras nos gustaba jugar al fútbol, nos dejaban en casa y lo hacíamos y punto", recuerda una de sus protagonistas, Pilar Neira. "Por eso los recuerdos de esa época son muy buenos. Y además ganábamos, por lo que mejor todavía", añade la que ahora es presidenta de Mudegá, la asociación de Mulleres Deportistas Galegas.

Su mérito se acentúa porque también rompieron barreras. Eran chicas sobre un terreno de juego vedado hasta entonces a ellas. En un mundo de hombres. Y lo hicieron en una época en la que ser mujer y jugar al fútbol no era nada fácil y, por supuesto, no estaba bien visto por todos los ojos. "Cuando íbamos a entrenar teníamos que escuchar cosas como 'ahí van las marimachos del Karbo'. Pero yo tenía y tengo la espalda muy grande para llevar todas las críticas y creo que a mis compañeras también les pasaba lo mismo. Hacíamos lo que nos gustaba y éramos felices por ello", sentencia Neira. Ella contaba con el apoyo total de sus padres. "Desde pequeña jugaba en la calle y les decían que tenía que haber nacido chico. Soy afortunada porque otros padres no hubiesen aguantado todos esos comentarios. Siempre me apoyaron, también cuando hice el curso de entrenadora", continúa.

Pero más allá del mito, el Karbo era simplemente "un grupo de amigas". La cinta también contiene imágenes de la época, de viajes "interminables" a Francia y Portugal. Anécdotas como cuando el autobús ardió camino de Zaragoza a un Campeonato de España. Mucho cariño y mucha nostalgia: "El día que nos volvimos a reunir todos fue uno de los más felices de mi vida". Y el domingo, más emociones.