Cuando el sol se escapó y la noche inundó A Coruña, Lolo Penas y Paula Mayobre llegaron a la Torre de Hércules para proclamarse vencedores de la prueba nocturna del circuito Coruña Corre. La carrera más especial, no solo por la hora en la que se disputa -nueve de la noche- sino por el entorno, el recorrido y el ambiente que se respira.

No importó que ayer se celebrase el clásico entre Barcelona y Madrid ni el derbi gallego con Celta y Deportivo como protagonistas. Más de 1.000 corredores se enfundaron camiseta y zapatillas para adentrarse en la noche coruñesa. Además, la lluvia no hizo acto de presencia como las previsiones meteorológicas auguraban. Escenario perfecto en el que triunfaron Lolo Penas y Paula Mayobre. El arzuán cruzó la meta, situada a los pies de la Torre de Hércules, cuando el cronómetro marcaba 21:45. Logró arrebatarle el primer puesto a David Pelísek, que fue segundo a solo 23 segundos de Penas (22:08). El tercer cajón del podio fue ocupado por Abdelaziz Fatihi (22:20), hasta ahora el rey del circuito coruñés.

En categoría femenina, Mayobre se llevó el premio. Logró quitarse el sabor amargo de su participación en el Mundial de medio maratón de Cardiff, en la que el mal tiempo le obligó a bajar su ritmo y acabó en el puesto 59 de la general. Ayer no. La aresana se vio motivada en su tierra y conquistó una prueba "muy bonita", como decían al finalizar muchos de los participantes. Alzó los brazos cuando llegó a meta y el reloj corría ya por el 23:33. La siguió de cerca Vanessa Lafuente, que fue segunda con un tiempo de 24:54. En el tercer puesto acabó Angharad Davies (25:31).

Aunque ellos seis se subieron al podio, todos se sintieron campeones. El final a los pies de la Torre de Hércules fue igual de duro que de maravilloso. Casi 600 metros de cuesta con desniveles provocados por las piedras. Al final, el speaker animaba a cada uno de los corredores. También los más pequeños hicieron de animadores. "Venga que queda muy poco", gritaban con fuerza. La mayoría de la afición se colocó alrededor del monumento Patrimonio de la Humanidad. Por el resto del circuito apenas había gente, quizá muchos prefirieron quedarse en casa viendo en fútbol. Como premio, los que decidieron salir a la calle a correr se encontraron una Torre iluminada que les daba la bienvenida una vez pasada la meta. Un espectáculo inolvidable, que no se volverá a repetir hasta la próxima edición. "No me la pierdo", decían unos amigos cuando ya habían pasado el avituallamiento. La próxima cita, Coruña42.