María Míguez (A Coruña, 2000) fue la única gimnasta gallega en la Copa de España de artística que se disputó el pasado fin de semana en Valladolid. La clasificación, vigésimo tercera, no fue la mejor -se lesionó en el primer aparato- pero la experiencia de competir junto a las mejores supuso un nuevo aliciente para uno de los mayores talentos de la cantera del Tempo. Paso a paso la coruñesa va subiendo peldaños. Sin prisas, para evitar agobios que le llevaron a dejar el deporte con tan solo 11 años. Ya con 16 ha encontrado el equilibrio, basado simplemente en disfrutar de lo que hace. Y se lanza a por todas: "Quiero llegar a un Europeo o a un Mundial y hacerlo entrenando aquí, en casa".

Es un reto mayúsculo porque la mayoría de veces compite en inferioridad de condiciones. "Faltan instalaciones y horarios de entrenamiento", dice. "Todas las niñas contra las que competí en la Copa entrenan por la mañana y por la tarde y yo solo por la tarde", pone como ejemplo. No le importó porque el objetivo era disfrutar: "Estaba más tranquila de lo normal porque cuando piensas que puedes ganar o que te juegas algo te pones más nerviosa. Pero yo iba a disfrutar. La experiencia fue genial porque competir contra gente que está entrenando para ir a los Juegos Olímpicos fue una gran motivación. En cuanto a la competición en sí, me lesioné en el primer aparato y seguí compitiendo con mucho dolor, por lo que fallé algunas cosas que no debería de haber fallado".

Se refiere a su ejercicio de barra. Es su aparato preferido, en el que se siente más cómoda. Se mueve a la perfección pese a que la base solo tenga diez centímetros de ancho. "Si no me hubiese caído, hubiese sido cuarta", asegura. Su Aquiles, en cambio, son las paralelas. "Me cansa a nivel muscular y de aire. Si me caigo tengo que volver a empezar... eso no me pasa con los otros aparatos", reconoce. En Valladolid su fuerte fue el suelo, aunque con susto. "En la última diagonal se me fue para atrás el dedo gordo del pie. Me hice un esguince y tengo que reposar siete días", apunta.

La lesión pone en peligro su participación este fin de semana en Sada en el Campeonato Gallego, clasificatorio para el Campeonato de España. No le preocupa porque ya sacó el billete en la Copa. Porque el Nacional de verano es su verdadero objetivo. "Quiero hacerlo lo mejor posible y si puedo volver a proclamarme campeona de España", argumenta. Ya lo fue en el nivel dos, lo que le obligó a dar el salto al cuatro y fue cuando llegaron los agobios. "Era muy pequeña y la exigencia era muy alta. Pienso que no era muy madura y por eso lo dejé", confiesa. Regresó para disfrutar -"ahora me lo tomo de otra manera"- y se colgó plata y oro del nivel cuatro mayores.

El año pasado dio el salto al nivel ocho: "Fue un cambio enorme. En 2015 saqué los elementos con poco margen. Este año aumenté la dificultad y ya llevo toda la temporada trabajando duro los mismos elementos y los tengo más controlados. Creo que estoy más preparada". Y no se conforma con esto. Aspira a mucho más: "Mi objetivo es llegar al nivel 10 y clasificarme para un Europeo o un Mundial con España".