Javier Gómez Noya, plata olímpica en Londres 2012 y único quíntuple campeón del mundo de triatlón de toda la historia, ganó en Lisboa su cuarto título continental, con la mirada puesta en los Juegos de Río, donde en agosto buscará ponerle el broche de oro a su brillante carrera.

El campeón gallego, que aún no está del todo en forma y que, debido a unas molestias en la cadera, retrasó su debut hasta el pasado domingo ganó con total autoridad su primera prueba importante del año.

Nacido hace 33 años en Basilea (Suiza) y criado en Ferrol, Javi confirmó por enésima vez que es una leyenda viva del deporte español y del triatlón internacional. A su amplia colección de trofeos añadió su cuarta corona europea, después de las que ganó en 2007 en Copenhague; en 2009, en Holten (Holanda); y en 2012 en Eilat (Israel).

Esta vez se impuso -corto de entrenamientos, pero sobrado en comparación a sus rivales- por delante del ruso Dmitry Polyanskiy, plata, a 39 segundos; y del suizo Andrea Salvisberg, tercero, a más de un minuto.

Como era de esperar, Richard Varga fue el primero en salir de las aguas del Tajo, que llenaron el embalse anexo donde se nadaron, con neopreno, los primeros 1.500 metros de la prueba, que el eslovaco cubrió en poco más de dieciséis minutos y medio.

Gómez Noya salió bien colocado, con el catalán Cesc Godoy; y, junto a ellos, el albaceteño David Castro, campeón europeo y subcampeón mundial sub 23. Detrás se habían quedado cortados el noruego Kristian Blummenfelt y el tinerfeño Vicente Hernández, cuarto español en el ránking mundial, que quería resarcirse por haber quedado fuera de la lista de los Juegos. A los que España llevará un trío de lujo: junto a Javi. el balear Mario Mola, líder del Mundial en ausencia del anterior; y el talaverano Fernando Alarza, segundo.

Se formó rápidamente un grupo cabecero de trece unidades que fue abriendo hueco y logró que ahí se decidiese la prueba, como indicó el propio Gómez Noya tras capturar su cuarta corona.

El triatle ferrolano, con un palmarés de matrícula de honor, espera culminar en Brasil una progresión olímpica que arrancó con el cuarto puesto de Pekín 2008 y la plata de Londres 2012, en la histórica carrera del Hyde Park en la que subió el podio junto a los hermanos Brownlee -Alistair y Jonathan, que ganaron oro y bronce para el país anfitrión-.

En teoría, se juega todo el curso a una sola carta, la de los Juegos. Pero, de momento, empezó a preparar el asalto al oro de Río con un cuarto título europeo. En Lisboa. Y a orillas del Tajo.