Tras cinco años en Italia, Pablo Cancela (A Coruña, 1988) incluso se confunde de idioma durante la entrevista. El jugador coruñés se marchó siendo un niño y se marcha como internacional con la selección española y con tres Scudettos con el Forte dei Marmi bajo el brazo, el último en una final contra el Lodi que se decidió en el quinto partido, con un gol suyo como último del campeonato. Se irá al Oliveirense portugués, previo paso por A Coruña para pasar el verano y ayudar a la base en el campus que lleva su nombre.

-¿Tricontento?

-Mucho. Fue un año difícil y quería despedirme con el título.

-¿El más difícil?

-El más difícil fue el primero, pero hemos tenido finales de año muy complicados. Este, cuando íbamos perdiendo 4-3 en Lodi, pensé que ya lo perdíamos. Jugamos en campo neutro, en Follonica, porque un aficionado saltó a la pista y nos la cerraron. Por eso fue más difícil todavía. El quinto... menos mal que lo jugamos en casa.

-Pero la afición no les abandonó ni en los entrenamientos.

-Espectacular. No sé cómo será la afición en Portugal, espero que como la de aquí o mejor.

-¿Como resumiría estos cinco años en Italia?

-He sido muy feliz. Cada día que he estado aquí lo he vivido al máximo tanto en la pista como fuera. Me disgusta mucho irme de este pueblo y despedirme de los amigos.

-¿Cómo ha cambiado?

-Llegué a un equipo que era décimo y he ganado tres ligas, he ido a la selección española y fiché por uno de los equipos más fuertes que habrá en Europa el próximo año. Todo lo que me ha pasado me ha hecho crecer muchísimo como jugador y como persona.

-¿Tomó una decisión arriesgada al fichar por el Forte?

-Hablé con mi padre. Le dije que necesitaba cambiar y apostar por mí, ir a un sitio en donde pudiera crecer. Fue una decisión arriesgada porque me fui perdiendo dinero, a un sitio que no sabía ni dónde estaba y con un idioma nuevo. Pero venía a hacer lo que sabía y he tenido la suerte de que me saliera bien.

-¿Suerte o trabajo?

-Bueno, he trabajado mucho. He entrenado muchísimas horas, incluso solo. Tengo las llaves del pabellón. Me he entrenado miles de horas porque sabía lo que venía a hacer y al final gané la apuesta.

-¿Con Pedro Gil al lado, es más fácil?

-Nos ha hecho mejorar a todos, ser más profesionales y conocer el hockey de elite. Ya le di las gracias, aunque le dije que el año que viene no le toca volver a ganar -se va al Sporting portugués-.

-¿Cómo reaccionó al verle tirar el penalti a lo 'Panenka'?

-Yo no lo vi. Son cosas que lo hacen los fenómenos porque son quienes se lo pueden permitir.

-¿Lo entrenaba?

-No, igual alguna vez lo tiró así para tomarle el pelo al portero, pero yo no me lo esperaba, que fuera arriesgar así en un partido tan importante. Él después dijo que creía que podía sorprender al portero por la manera en la que se estaba tirando. Al final lo metió de rebote, así que le salió bien.

-En el Oliveirense tendrá otro grande a su lado, Bargalló.

-Voy a jugar con grandes campeones. Seremos un equipo muy competitivo y creo que vamos a aspirar a ganar todos los títulos.

-¿Qué espera de esta nueva etapa?

-Vivir la vida que quiero, de profesional. Allí me han dicho que te tratan como a un deportista de alto nivel y te exigen eso. Estoy muy contento. Pedro (Gil) me lo ha dicho, que tomé la decisión acertada, que voy a aprender mucho y que voy a encontrar todo lo que busco.

-¿Y la selección?

-Este año no voy. Tampoco me lo gané. No estuve a mi mejor nivel.

-Con Portugal, habrá jugado en las tres grandes ligas. ¿Piensa en volver algún día a España?

-Ya no. Pienso solo en ir a donde pueda jugar y ser feliz. Ahora me centro en el Oliveirense. Firmé por dos años pero ojalá que vaya todo bien y pueda estar muchos más.

-Decidió apostar y marcharse al extranjero y después le siguieron muchos compañeros.

-Fui de los primeros en tomar la decisión, pero cada uno tiene que tomar las suyas. Yo creo que han hecho bien. Los de Austria son felices, los de Francia también, Fariza triunfó aquí en Italia...

-¿No hay oportunidades aquí?

-No se dan oportunidades y los clubes no se ayudan unos a otros. No lo entiendo muy bien. Siempre en guerra en vez de juntarse para hacer crecer a tantos niños que hay en A Coruña que son muy buenos... al final nos tenemos que ir a otros sitios para triunfar. Por ejemplo, que Alabart no esté en el Liceo como jugador más importante me parece una locura.