Una caída en bicicleta mientras se entrenaba el miércoles en Lugo ha apartado a Javier Gómez Noya de su gran sueño, luchar por un oro olímpico en Río. El cinco veces campeón del mundo de triatlón es humano. Se cae y también se rompe. Ayer mismo pasó por el quirófano, en Lugo. Sufría una fractura de la cabeza del radio del brazo izquierdo, lesión que, en principio, le obligará a perderse lo que resta de temporada y, lo que es peor, los Juegos de Río. "Puede que sea el momento más duro de mi vida deportiva", indicaba en un comunicado.

"La articulación ha quedado bien, se la han sujetado con dos tornillos. Todo ha ido bien, ahora hay que esperar a que Javi se recupere y se cumplan los plazos previstos de recuperación porque es una lesión complicada y hay que ir despacio", explicó José Antonio Bodoque, fisioterapeuta del deportista en el hospital Policlínico Lucense (Polusa).

"Lo mejor es olvidarse de esta temporada, pensar en la que viene. El objetivo de los Juegos de Río no se puede cumplir pero la vida sigue, no se termina en unos Juegos Olímpicos", indicó el médico, que reconoció que el ferrolano está psicológicamente "jodido".

A última hora de la tarde del miércoles, cuando regresaba a casa tras un entrenamiento, estando "prácticamente en parado", a no más de 15 kilómetros por hora, se fue al suelo. "Fue una caída de esas que llamamos tonta", describe el triatleta. Al levantarse, notó un dolor en el brazo izquierdo y fue al hospital. Las pruebas arrojaron una realidad devastadora: había fractura en la cabeza del radio, con desplazamiento. Adiós a Río. "Es difícil de entender cómo repentinamente se van todo el esfuerzo e ilusión que he puesto en los Juegos Olímpicos. Puede que sea el momento más duro de mi vida deportiva. Pero no me queda más remedio que asumirlo y pensar en tener una buena y rápida rehabilitación", lamentó el pentacampeón mundial de triatlón en un comunicado publicado en su perfil de una red social. "Igual que muchas veces he saboreado la cara más dulce del deporte, ahora me toca lidiar con la más amarga", añade.

Antes incluso de pasar por el quirófano, el de Basilea ya era consciente de que su gran sueño de pelear por la gloria olímpica se esfumaba. "Esta lesión me obliga a renunciar al gran objetivo para el que llevaba toda la temporada trabajando duro. Siendo realista, no hay tiempo material para recuperarme totalmente y poder afrontar la competición en buenas condiciones, por lo que lo más sensato es ceder mi plaza a alguien que lo pueda hacer mejor", indicaba con gran entereza. El canario Vicente Hernández, cuarto español en el ranking mundial, podría ocupar su puesto, aunque la Federación aún no se ha pronunciado al respecto.

Atrás quedan ya años de esfuerzo, lucha y superación. Gómez Noya se entrenaba duro a diario para afrontar los que serían sus terceros Juegos Olímpicos. En Pekín, en 2008, acabó en la cuarta posición. En 2012, en Londres, se colgó la plata. En Río no ocultaba su ambición de bañar su sueño en oro. Recientemente galardonado con el Premio Princesa Sofía de los Deportes, era una de las más firmes opciones de medalla para la delegación española en la cita olímpica.

Tras conquistar la temporada pasada su quinto mundial de triatlón, esta temporada había centrado todos sus esfuerzos en prepararse para los Juegos. Tras retrasar el arranque de su temporada por unas molestias en la cadera, apenas había disputado tres pruebas este curso: el Grand Prix de Dunkerque, que ganó por equipos y acabó cuarto individual; el Campeonato de Europa, en Lisboa, donde capturó su cuarta corona continental, y la prueba de Leeds de las Series Mundiales, en la que también fue cuarto.