El Comité Paralímpico Español dio el martes la lista oficial de convocados para Río 2016 y en ella figura el jugador de tenis de mesa coruñés Alberto Seoane. Los Juegos suponen la culminación de un sueño para él, pero no se conformará simplemente con pisar suelo brasileño. Su objetivo son las medallas.

-¿Está entrenando duro?

-Estoy en Granada, de concentración, entrenando mucho pero es lo que toca a menos de mes y medio para que empiece.

-Consiguió la clasificación en enero, pero el martes se hizo oficial. ¿Se lo cree o hasta que no llegue allí no lo asumirá?

-Creérmelo me lo creo porque aparezco en la lista. Pero cuando llegue allí ya será otra cosa y los nervios llegarán. De momento es entrenar y poco más. No hay nervios. Pero cuando cojamos el avión para ir a Río... será otra cosa.

-¿Cuánto tiempo lleva persiguiendo este sueño?

-Casi desde que empecé a jugar al tenis de mesa, con 14 años. Era un sueño para mí haber llegado hasta dónde estoy ahora, a punto de ir a los Juegos. Y lo consigo con 29, así que llevo prácticamente quince años persiguiéndolo.

-¿Cuánto le ha costado?

-Muchas horas de entreno, sacrificio, dejar de hacer muchas cosas... por ejemplo, en segundo de Bachillerato fui al acto de graduación, pero me tuve que perder la celebración. También en la universidad no podía ir con mis amigos a tomar algo. Y hace cinco años me vine a Barcelona con una beca para entrenar en el CAR de Sant Cugat y tuve que dejar A Coruña e ir allí solo, donde no conocía a nadie.

-¿Mereció la pena?

-El deporte se basa mucho en objetivos. Si no me hubiese clasificado diría que no. Pero como lo he conseguido digo que sí, que claro que vale la pena. Es duro, pero es algo que eliges y que te da muchas cosas por el camino, como la experiencia, conocer gente y los valores del deporte.

-¿Cuál será el objetivo?

-Siempre que voy a una competición mi objetivo es Me paganar. Y ganar en Río significa una medalla. El objetivo es ambicioso y complicado. Los rivales son muy fuertes y yo soy el número ocho del ranking mundial. Pero también es factible. En mayo tuvimos dos competiciones importantes en las que estaban todos los que van a ir a los Juegos y logré un bronce. Será difícil, pero es a lo que aspiro. No entreno seis horas al día para ir allí simplemente a pasar el rato, de paseo. Voy a lo máximo.

-¿Qué factor marcará las diferencias?

-En una competición como los Juegos, la cabeza. La presión es muy alta y además los partidos son muy espaciados. Nosotros estamos acostumbrados a jugar tres por día y en Río jugaremos uno al día o cada dos. Tendremos que estar parados para eso. Y también debemos acostumbrarnos a la presión de competir con tanto público y con la presión de los medios.

-¿Qué recuerda de sus comienzos en A Coruña en el Club del Mar?

-Me apunté porque jugaba con los amigos y me apetecía entrenar. Al principio me lo tomaba como una actividad extraescolar. Empecé con Alfonso Carvajales. Y después poco a poco fui más horas, más días y empecé a competir. Fueron unos buenos años, con grandes compañeros. Muchos viajes y muchas vivencias.

-¿Es un privilegiado por disfrutar de una beca?

-Está muy bien porque en el CAR te dan todas las facilidades. Pero eso solo no llega. Estudié una carrera y ahora lo compagino con un trabajo de media jornada. De hecho, busco patrocinador para poder llegar a Río en las mejores condiciones. También me gustaría que el Ayuntamiento de mi ciudad me apoyara de alguna manera. La beca te vale para un año, pero si no tienes resultados te la quitan. Siempre tienes esa incertidumbre. Hoy la tienes y mañana no sabes.

-Por primera vez el equipo olímpico y el paralímpico no vestirán la misma marca porque Joma quería cobrarles a ustedes.

-Me parece lamentable que Joma hiciera esa distinción entre deportistas olímpicos y paralímpicos cuando otros años otras marcas no la hicieron. Cuando otros años se elegían marcas extranjeras para vestir a los deportistas, se quejaban las españolas. Y este año que se llama a una española, va y hace esta discriminación. Es patético. He tirado todas mis cosas de Joma.

-¿Y no tiene miedo al zika?

-Cuando fue la polémica recibimos charlas con médicos. Nos dicen que no hay problema. El único riesgo real es para una mujer embarazada. Si los servicios médicos nos dicen que no es peligroso, les hacemos caso. Estoy muy tranquilo. Ellos mandan en esto y nosotros le damos a la pelotita.