La selección española inició su camino al Mundial de Rusia con una exhibición goleadora en una segunda parte impecable, en la que marcó siete de sus ocho tantos en la mayor goleada de su historia ante Liechtenstein (8-0), la noche que Diego Costa puso fin al debate en torno a su falta de gol con la roja.

El primer partido oficial de Julen Lopetegui extendió la ilusión del debut frente a Bélgica. España pasó del atasco a la brillantez, de la falta de pegada a un recital goleador gracias a un movimiento táctico con un cambio en el descanso. La entrada de Nolito y el desborde por las dos bandas fueron decisivos en un encuentro que deja una apasionante lucha por la posición de delantero centro.

El partido esperado por todos no tuvo una buena lectura de España en el primer acto. Solo dos tiros a puerta no plasmaron en el marcador su dominio total. Faltaron buenas lecturas en los últimos metros, una mejor elaboración de las jugadas y remate, sobre todo remate.

Lo puso Diego Costa cuando nació el duelo y apenas se cumplían diez minutos. Tocaba España sin la profundidad necesaria para encontrar espacios en el muro construido por Liechtenstein y la atención estaba en el comportamiento de la afición de León con Gerard Piqué.

En el Reino de León se inició una moda de poco sentido con los silbidos a uno de sus jugadores. Los aplausos se impusieron meses después tras una Eurocopa en la que el central terminó de ganar adeptos por su compromiso.

La primera llegada de España fue gol. Un centro de la falta lateral medido de Koke encontró el preciso remate de cabeza de Diego Costa. En la ocasión en la que menos tuvo que pensar rompió su maldición. Su segundo gol con la roja, de cabeza cruzado, arriba, imparable para Jehle. El primero fue hace casi dos años en un barullo en el área. El día que se quite la ansiedad será temible. Y va camino tras al fin brillar en Bruselas.

El tanto no desató el vendaval esperado de España, que llegaría en la segunda mitad. Lopetegui decidió quitar en el descanso a un futbolista del centro del campo, Thiago, para meter a Nolito por una banda y hacer daño por cualquier zona de ataque. Llovieron goles, hasta cuatro en once minutos, en cuanto España añadió disparo. Primero Koke se topó con la cruceta en una falta perfecta, antes de que Nolito mostrase que la importancia que se ganó con Del Bosque está más que justificada. Inventó un pase al espacio con túnel al rival, a la carrera de Sergi Roberto. La sorpresa del once de Lopetegui definió con un toque preciso con la derecha. La goleada la completarían el segundo de Costa, Vitolo y sendos dobletes de Morata y Silva.