Si la Fórmula 1 ya es de por sí espectacular, ver correr un monoplaza por los gélidos paisajes del Ártico resulta imponente. A una velocidad de más de 220 km/h, el coche está pilotado por el brasileño Lucas Di Grassi, perteneciente a la escudería Audi Sport de la Fórmula E. Esta carrera está incluída en el campeonato mundial de monoplazas eléctricos que capitanea Alejandro Agag.

El motivo de esta particular prueba es concienciar a la población de uno de los temas que más afectan al medio ambiente, la emisión de gases invernadero. La contaminación de los automóviles está provocando el deshielo de los casquetes polares a pasos agigantados y con esta asombrosa carrera se quiere demostrar que otro tipo de transporte es posible.