El Villarreal cortó la victoriosa racha del Madrid y dejó a Zinedine Zidane sin el récord histórico de triunfos seguidos en solitario, el día que buscaba el decimoséptimo en cadena en la Liga, víctima de una mala primera parte y un penalti.

El Madrid no encontraba un juego fluido en la primera mitad y sus llegadas se limitaban a acciones individuales con disparos desviados de Cristiano y Bale.

Lo peor llegó con el penalti que transformó Bruno de forma magistral, a lo Panenka y por el centro de la portería. Tocaba de nuevo la heroica para el Madrid, una situación en la que curiosamente suele mostrar su mejor juego. Cuando la necesidad aprieta, comienza a luchar cada balón como si fuese el último.

Dos minutos del segundo acto le sirvieron para demostrar al Villarreal que le esperaba un panorama radicalmente opuesto. Un error por alto en la salida de Asenjo, dejó el balón muerto y un disparo arriba de Ramos encendía al Bernabéu.

La olla a presión jugaba su papel y en el minuto 49 llegaba el empate con un testarazo con el alma de Sergio Ramos. El Madrid iniciaba un acoso que duró hasta el último minuto del partido. El Villarreal se limitó a protegerse del aluvión e intentar defenderse con orden.

Las llegadas del Madrid se sucedían. Con Carvajal siendo un puñal en la banda derecha y James lanzando centros envenenados desde la izquierda. Benzema rozaba un poste con un remate de cabeza.

Solo una llegada del Villarreal en la segunda parte, un disparo inocente de Castillejo a las manos de Casilla. Demasiado tenía con mantener el empate y rescatar la picaresca para que los minutos fuesen cayendo.

Lo intentó Zidane metiendo velocidad con Lucas Vázquez y Morata, buscando de nuevo el tanto salvador de última hora, pero en esta ocasión no llegó. El día que fue dominador, el Madrid se quedó sin premio.

Asenjo se convirtió en el gran protagonista sacando todo lo que le remataban para frenar la racha de victorias madridista.