Carlos Mouriño situó el proceso de venta que vive el Celta en un nuevo escenario. Después de un periodo de reflexión en México junto a su familia el presidente del club rompió su silencio para poner Balaídos en medio del debate sobre el futuro del club y plantear una nueva alternativa. Mouriño ofreció aparcar la venta del club a un grupo asiático si el Concello de Vigo accediese a venderle el estadio. Un proyecto que, según dijo, permitiría al Celta encarar el futuro con mejores perspectivas y competir en igualdad de condiciones con los equipos de su categoría.

En el día en que buena parte de la opinión pública esperaba que Mouriño poco menos que certificase la venta del Celta al grupo asiático con el que llevan semanas de conversaciones, el presidente del equipo vigués planteó una nueva alternativa que pasa por mantener la propiedad de la sociedad a cambio de tener la propiedad del estadio y disfrutar de su explotación a cambio de costear las obras que se están llevando a cabo en estos momentos en el recinto: "Si quieren una continuidad a largo plazo, el Celta se compromete a comprar Balaídos. Queremos que el compromiso sea de todos, o lo hacemos conjuntamente o me voy con la conciencia tranquila", aseguró el dirigente.

La oferta de Mouriño pasa por pagar la obra que se está desarrollando en estos momentos en el estadio y quedarse con su propiedad: "Hay diferentes formas. Ellos paran la obra y la terminamos nosotros y al final le pagamos su parte (lo que ha invertido hasta el momento el Concello y la Diputación). O la termina y se la pagamos nosotros en diez años", explicó.

El presidente del Celta explicó que pondría como aval las acciones que su grupo de empresas tienen en el Celta para que en caso de que incumpliese su parte del acuerdo la propiedad del club pasase a manos del Concello "o de una fundación que creasen para este fin". A cambio, el club explotaría los bajos comerciales y las zonas libres que haya en el recinto, una idea que según explicó Mouriño permitiría el crecimiento del club y la equiparación con otros equipos "con los que se nos pide competir". "El que corre riesgos soy yo. El único que expone es el presidente del Celta y eso es lo que me gustaría que cambiase, que esto sea una cuestión de todos", concretó. Al margen de Balaídos, el dirigente se mostró abierto a recibir alguna clase de propuesta nueva para ayudar a construir el futuro del Celta y que la estudiarían encantados, lo que también puede asomar como una invitación a desbloquear otras cuestiones, como la ciudad deportiva del club.

Mouriño apuntó a que para hacerse con la propiedad del estadio, el Celta pagaría los treinta millones que se calcula va a costar la obra de reforma completa del estadio.